Cosas que aprendes de viejos amigos

Al volver a encontrarme estos días con viejos amigos con quienes compartí pupitre en el colegio o en la universidad, he aprendido algunas cosas: 1) Resulta más emocionante charlar con otros antiguos alumnos de aquellos tiempos de lo que era en aquellos tiempos.

2) Ninguno de los que estudiamos juntos hemos logrado hacer lo que planeamos, pero los más felices son aquellos que han conseguido convencerse de que sí.

3) Quienes tienen profesiones en las que ayudan a los demás están más satisfechos que quienes sólo se ayudan a sí mismos. Pero estos últimos, sobre todo los más ricos, siempre hablan de ayudar a los demás.

4) Los que tienen profesiones creativas están más realizados, pero querrían ganar más.

5) Quienes ganan más querrían hacer un trabajo más creativo.

6) Las que son madres han pagado un precio más alto por serlo –en renta, oportunidades y físico– que quienes son padres. 7) Ningún padre se arrepiente de serlo. 8) Quienes tienen más dinero viven mejor que los demás; pero quienes tienen mucho más dinero no viven mucho mejor que los demás.

9) Las chicas durante estos años se han cuidado más que los chicos. Y se nota.

10) A los 20 años nos quejábamos de poco sexo; a los 30 de poco dinero; a los 40 de poco tiempo y a los 50, de no poder dormir.

11) Quienes aún siguen casados y contentos son quienes se enamoraron de las virtudes de su pareja y han acabado enamorados de sus defectos.

12) Quienes han conseguido un divorcio están mejor que casados.

13) Quienes han sufrido un divorcio están peor que casados.

14) Quienes han perdido a un ser querido y evocan y celebran los buenos momentos que pasaron juntos sufren menos que quienes se lamentan de los que podrían pasar con él si aún estuviera vivo.

15) Sea cual sea el partido al que vote; la Iglesia a la que vaya o no; o las opiniones que tenga cualquiera de tus viejos amigos y amigas, todos coincidimos en nuestros deseos de un moderado bienestar, estabilidad, buen gobierno y equidad.

16) El momento más emocionante de nuestro encuentro es al darnos cuenta de que el milagro es que sigamos vivos y podamos abrazarnos. Es entonces cuando compartimos un momento de genuina felicidad.