La Vanguardia

El teléfono 112

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Escribo estas letras sólo para exponer unos datos que me suponen decepción y vergüenza ajena como contribuye­nte y presunto, que no real, usuario del servicio de emergencia­s médicas.

El sábado a mediodía sufrí en mi domicilio un episodio de un fuerte dolor por presunto pinzamient­o lumbar. Tras esperar un tiempo prudencial para ver si remitía, mi esposa llamó al 112 con la intención de pedir un traslado en ambulancia hasta las urgencias de un centro sanitario. La llamada se realizó a las 16.53 h y en primera instancia tomaron nota de los datos de afiliación e informaron que nos pasaban con un sanitario para comentar la situación. Tras esperar 24 minutos y 58 segundos, la llamada se cortó. Hicimos una rellamada inmediata a las 17.59 h que, repitiendo el proceso de la anterior, sólo duró 4 minutos 26 segundos.

Ante esta situación, decidimos pedir ayuda a familiares para trasladarm­e en un vehículo particular y finalmente ingresé en urgencias a las 18.23 h.

Posteriorm­ente, alguien desde un número oculto llamó a las 19.24 h para preguntar si el episodio estaba todavía pendiente, supongo que para que no les quedara la lacra de un episodio no cerrado. Como decía al principio, decepción y vergüenza ajena.

J. IGNACIO OZALLA

Girona

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