“Juró por Dios que no les mató”
La familia del sospechoso del doble crimen de Susqueda mantiene su apoyo a Jordi Magentí
Las casas familiares vinculadas a Jordi Magentí en Anglès permanecen desde el sábado cerradas a cal y canto. Nadie desde entonces en esta pequeña población de casi 6.000 habitantes de la comarca de La Selva ha visto al pescador que tras 303 días en prisión preventiva quedó en libertad, aunque sigue siendo el sospechoso de los crímenes de Marc Hernández y Paula Mas, asesinados el 24 de agosto del 2017 en el pantano de Susqueda.
Como todas las mañanas a primera hora, el pasado lunes Gaspar Gamell, el tío que acogió a Magentí en su casa tras cumplir la condena por el asesinato de su primera mujer en 1997, salió a la calle apoyado en sus dos bastones en dirección al bar JB en el que a diario se toma un café. A regañadientes, atendió a La
Vanguardia en mitad de la calle. El hombre contó que su sobrino le vino a ver tras abandonar la prisión del Puig de les Basses. “Se arrodilló delante mío, empezó a llorar y me juró por Dios que no había matado a esos chicos”, dijo apretando con la boca los restos de un puro artesano apagado.
Visiblemente enfadado, Gaspar Gamell recordó las palabras de su sobrino, tras asesinar a su primera mujer, María José García Fernández, Josefa, cuando ella acaba de cumplir 35 años. “Estaba arrepentido. Muy arrepentido. Y me juró por Dios que nunca más lo volvería a hacer”. ¿Y usted le cree? “Pues claro que sí”, dijo señalando al cielo con uno de sus bastones.
Es curioso, porque fue el hijo de Gaspar Gamell quien al arranque de la investigación puso al pescador en el punto de mira de los mossos d’esquadra de la unidad central de personas desaparecidas. Habían pasado varías semanas de la desaparición de la pareja del Maresme y ya se habían encontrado los cuerpos que el asesino pretendió ocultar para siempre en el fondo de las aguas del pantano lastrando el cadáver, al menos el de Marc con una piedra en su mochila. Los investigadores trabajaban en varias líneas, comprobando las coartadas de las personas que tenían ubicadas en el pantano la mañana que se produjeron los crímenes. Los habitantes del campamento del Llomar y Bartomeu Soler, el hombre que desde hace unos años vive medio escondido en una barraca que él mismo se construyó entre la fuente del Borni y la Rierica. En las imágenes de las cámaras de seguridad aparecía un Land Rover Defender blanco. Tras un minucioso análisis de los ocho vehículos de la misma marca y color de la comarca y sus alrededores llegaron hasta el que estaba a nombre de Gaspar Gamell.
Los primeros días, los Mossos vigilaron al dueño del coche discretamente. Era un hombre mayor y ya tenía entonces dificultades evidentes de movilidad. Un día, una pareja de agentes se acercó a la casa, en el número 1 de la calle Nou, y llamaron a la puerta. Se presentaron como policías que investigaban el asesinato de los jóvenes del pantano de Susqueda. Les abrió la puerta Pere Gamell, hijo del dueño del coche. Le preguntaron por el Land Rover Defender y de forma espontánea mencionó a su primo “Veus si al final el Jordi no tindrà alguna cosa a veure amb el crim”. Y siguieron con las preguntas en el salón de la casa.
Fue después cuando conocieron los antecedentes penales de Jordi Magentí. A partir de ese momento, el pescador se convirtió en sospechoso. Y los investigadores adelantaron su detención tras confirmar que tenía un billete para viajar con su segunda mujer a Colombia. Sino, no lo hubieran arrestado y habrían seguido motivando ante el juez y el fiscal que han dirigido la investigación las escuchas en los micrófonos que los policías colocaron en una de las habitaciones comunes de la casa de sus tíos y otro de los coches que también utilizaba Magentí.
El tío aseguró el lunes que desde que quedó en libertad, Jordi Magentí está encerrado sin salir en casa de su madre. La mujer regresaba poco después de la compra, apoyada en el carro y un bastón, y advirtió con malos humos a esta periodista: “Aquí no se acerque que no encontrará nada de nada”.
Desde que quedó en libertad, el acusado no se ha dejado ver y su tío dice que está en casa de su madre escondido