Bolsonaro inicia una purga ideológica y el adelgazamiento del Estado
El ultraderechista Jair Bolsonaro está dispuesto a dar titulares cada día. Si hasta que tomó posesión el 1 de enero el nuevo presidente de Brasil era noticia por expresar sus intenciones, ahora se ha puesto manos a la obra sin dilación. Tras su primer Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno anunció una purga ideológica de funcionarios y el inicio del prometido adelgazamiento del Estado mediante la venta de patrimonio inmobiliario.
“No tiene sentido tener un Gobierno como el que tenemos ahora con personas que defiendan otras ideas u otra forma de organización de la sociedad”, afirmó el ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Gabinete, integrado por 22 ministros –sólo hay dos mujeres–, además del vicepresidente, el general en la reserva Hamilton Mourao. Lorenzoni, que se refirió a Bolsonaro como “el capitán” –grado militar al que llegó el presidente antes de su retiro forzoso–, adelantó el despido de 300 funcionarios con contratos temporales y explicó que la purga ideológica es una promesa de campaña del mandatario.
El ministro justificó la medida como una consecuencia lógica del resultado de las elecciones, donde el 55% de los brasileños votó a favor de Bolsonaro. “La sociedad dijo basta a las ideas socialistas y comunistas que en los últimos 30 años nos llevaron al caos actual”, sostuvo Lorenzoni, matizando que muchos de los despidos afectarán a “cargos de confianza” y que serán considerados los perfiles “técnicos”. Sin embargo, y teniendo en cuenta que tras la destitución de la progresista Dilma Rousseff en el 2016 el sucesor fue el derechista Michel Temer, es fácil deducir que la purga no afectará sólo a cargos de confianza del anterior gobierno, sino a funcionarios que no se encuadren en la ideología de extrema derecha del Gobierno.
Por otra parte, Lorenzoni anunció que el Estado venderá parte de los 700.000 inmuebles que posee para ahorrar “gastos inmensos de mantenimiento” y adelgazar la Administración, en la línea que propugna el nuevo ministro de Economía, el ultraliberal Paulo Guedes. Además, el propio Bolsonaro informó por Twitter de una primera tanda de concesiones de aeropuertos, puertos y trenes con las cuales “rescataremos el desarrollo inicial de la infraestructura de Brasil” y que permitirán ingresar al Estado unos 1.645 millones de euros.
Por otra parte, la policía comunicó ayer la detención de tres personas por amenazar a Bolsonaro y colocar una bomba de escasa potencia en una iglesia de Brazlandia, a 50 kilómetros de Brasilia. El artefacto fue localizado en Navidad y pudo ser desactivado.