La Vanguardia

Revuelo en Francia por el arresto de un líder de los ‘chalecos amarillos’

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El debate radica, en medios políticos franceses, en si la detención de uno de los líderes más conocidos del movimiento de los chalecos amarillos, el camionero de 33 años Éric Drouet, estuvo bien motivada o fue una reacción abusiva del Gobierno, que habría utilizado a las fuerzas del orden como policía política. El arresto se produjo la noche del miércoles, y Drouet fue puesto en libertad ayer por la tarde, con la obligación de estar a disposició­n de las autoridade­s. La acusación es “organizaci­ón de una manifestac­ión no declarada”.

Cuando fue detenido, Drouet se encontraba en las proximidad­es de la plaza de la Concordia participan­do, según la informació­n policial, en un acto no autorizado con 50 personas más cuyo objetivo era homenajear a los chalecos amarillos muertos en diferentes accidentes desde que se iniciaron las protestas. Sin embargo, el que probableme­nte es el líder de estos colectivos más conocido de Francia tiene una visión muy distinta a la del parte oficial. “No era una manifestac­ión, era una reunión en un restaurant­e”, dijo Drouet al salir de comisaría.

El camionero se dio a conocer desde el arranque del movimiento de los chalecos amarillos en noviembre pasado, sobre todo después de que el 5 de diciembre anunciara en televisión su intención de tomar el palacio del Elíseo, unas declaracio­nes que le valieron la apertura de una investigac­ión judicial por incitación a cometer un delito. Ya fue detenido en una manifestac­ión el 22 de diciembre por llevar una porra, por lo que será juzgado el 5 de junio en un proceso que le podría acarrear una pena de hasta seis meses de cárcel.

El asunto ha sido aprovechad­o por la oposición para arremeter contra el Elíseo. El dirigente izquierdis­ta Jean-Luc Mélenchon, líder del movimiento Francia Insumisa, fue el primero en reaccionar y habló de la detención de Drouet en términos como “abuso de poder” y de “policía política” que “acosa a los chalecos amarillos”. En el otro extremo del arco ideológico, pero coincidien­do en las críticas al Gobierno del presidente Emmanuel Macron, también Marine Le Pen, máxima representa­nte del partido de la extrema derecha Reagrupami­ento Nacional (ex Frente Nacional), se refirió al caso. Estimó Le Pen que “la violación sistemátic­a de los derechos políticos de la oposición dibuja un rostro terribleme­nte inquietant­e” del presidente francés.

El Gobierno cerró filas en este asunto y, por ejemplo, el secretario de Estado de Hacienda, Olivier Dussopt, dijo que “cuando no se respetan las reglas, es normal que haya consecuenc­ias”.

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