La Vanguardia

Vox añade nuevas condicione­s para pactar con PP y Cs en Andalucía

Villegas avisa a Casado de que su pacto estará “roto” si se cambia el contenido

- LEONOR MAYOR ORTEGA ADOLFO S. RUIZ

La formación de un nuevo gobierno de PP y Cs en Andalucía se complica cada día un poco más. Vox insiste en su idea de que no apoyará el pacto de Juanma Moreno y Juan Marín si no se “sustituye” su plan contra la violencia de género. No conformes con eso, los de Santiago Abascal añadieron ayer un listado de nuevas condicione­s para prestar sus necesarios 12 votos a populares y Ciudadanos en la sesión de investidur­a.

El partido de ultraderec­ha reclama ahora “una reducción fiscal, el desmontaje de la administra­ción paralela –la televisión pública–, la derogación de leyes ideológica­s y el apoyo al mundo rural y sus modos de vida”. “Tenemos mucho que decir y lo vamos a decir”, aseguró ayer el líder de Vox a través de su cuenta de Twitter tras mostrar su enojo, sobre todo con Ciudadanos, por su “chantaje” y por “manipular nuestra postura a favor de la libertad y la igualdad y en contra del feminismo supremacis­ta y el totalitari­smo de género”.

A Abascal le ha molestado que desde el entorno de Ciudadanos se asegurase “que Vox apoya la violencia contra las mujeres”. A su juicio, el partido de Albert Rivera “ha asumido el infame discurso de Susana Díaz que afirmó que justificáb­amos la violencia contra la mujer y amparábamo­s a maltratado­res”. Y en consecuenc­ia lanza una advertenci­a: “En nombre de las mujeres de Vox y de las madres, hermanas e hijas de los hombres de Vox, llevaremos ante los jueces a quienes hacen estas acusacione­s propias de personas sin dignidad”.

El pacto entre PP y Cs para gobernar en Andalucía plantea “impulsar un gran acuerdo contra la violencia de género” que cuente “con la dotación presupuest­aria suficiente” para “acabar con esta lacra social”. Vox rechaza las subvencion­es en este ámbito e insiste en que su propuesta pasa por “sustituir las leyes de ideología de género, que no protegen a la mujer y persiguen al hombre sólo por serlo, por una ley contra la violencia intrafamil­iar”.

La formación ultraderec­hista sostiene también que eso mismo “lo proponía la veleta naranja no hace mucho”. Pero nada de eso ha conseguido amedrentar a Ciudadanos. Su secretario general, José Manuel Villegas, mantuvo ayer que “es inaceptabl­e pretender que no se luche de todas las formas posibles contra la violencia machista”. Y fue más allá al avisar al PP de que el pacto de gobierno para Andalucía “estará roto” si se cambia su contenido, es decir, si los populares pactan algo con Vox y lo introducen en ese acuerdo.

Eso sitúa a Pablo Casado, que intenta navegar entre dos aguas, en una posición incómoda. El líder del PP trató de apaciguar ayer a los de Abascal pidiendo que no se utilice la violencia contra las mujeres “de forma partidista” y reclamando un acuerdo de “todos” para “erradicarl­a”. Casado se arrogó la paternidad “del plan contra la violencia de género más ambicioso de la historia” y avisó de que no aceptará “lecciones de la izquierda” en esta materia.

Pero no todos en el PP fueron tan conciliado­res como Casado. Borja Sémper, líder de los populares en Gipuzkoa y excompañer­o de Abascal en las Nuevas Generacion­es del partido, considera que “no merece la pena” gobernar en Andalucía si, a cambio, hay que ceder ante Vox y dejar de sufragar el plan contra la violencia de género. A su juicio, una alianza con Vox no reportará nada bueno para el PP, porque el partido

NUEVAS EXIGENCIAS

Vox pide la “reducción fiscal, derogar leyes ideológica­s y apoyar al mundo rural”

PABLO CASADO

Reclama que no se use la violencia machista de forma “partidista” y pide un pacto de “todos”

PP Y CS

Han reanudado el contacto para configurar el nuevo ejecutivo andaluz

de Abascal “rompe los grandes consensos de estabilida­d, pacto constituci­onal y concordia nacional”. Sémper subrayó su “lejanía oceánica” con el proyecto de Vox.

Y mientras, la izquierda echó ayer más leña al fuego de la hoguera prendida por Vox. El secretario de organizaci­ón de Podemos, Pablo Echenique, acusó al partido de Abascal de ser “cómplice” de los asesinatos y las violacione­s que se producen en España fruto de la violencia machista. Y la portavoz en el Congreso de la formación morada, Irene Montero, anunció que volverá al trabajo tras la baja maternal celebrando un acto contra Vox “por su odio a las mujeres” el próximo día 9 en el Matadero de Madrid.

Por lo que se refiere a las nuevas condicione­s de Vox, de las que aún no se ha empezado a hablar, PP y Cs ya incluyen en su acuerdo rebajar la presión fiscal dejando sin efecto el impuesto de sucesiones y reduciendo el IRPF y los de patrimonio y transmisio­nes patrimonia­les. Además, el pacto prevé “desmontar la administra­ción paralela y racionaliz­ar el gasto”. Pero Moreno y Marín pueden chocar con Vox , que quiere cerrar Canal Sur y reclama un apoyo explícito a la tauromaqui­a y a la caza.

Desde Andalucía, el líder de Ciudadanos, Juan Marín, defendió las medidas contra la violencia de género que figuran en el pacto negociado con el PP, al tiempo que expresó su rechazo a las “imposicion­es” de Vox, del que aseguró que “al tratarse de una formación que acaba de llegar a las institucio­nes no conoce todavía cómo funcionan”.

Marín recordó que Andalucía cuenta con una ley de lucha contra la violencia de género a la que se introdujo por unanimidad una reforma en julio del 2018 para impulsar las medidas de protección a las víctimas, no sólo a las mujeres sino a otros familiares, como hijos, que se encuentran afectados por esta lacra. “La Constituci­ón, el Estatuto y las leyes no pueden permitir que estas mujeres se sientan en una situación de desprotecc­ión”, manifestó.

Las exigencias de Vox han sido aprovechad­as por el resto de los partidos parlamenta­rios, PSOE y Adelante Andalucía, para presionar a PP y Ciudadanos a que aclaren “si se sientan con la extrema derecha o se ponen al lado de las mujeres”. La consejera de Justicia e Interior en funciones, Rosa Aguilar, señaló que ni quiere ni debe “estar en silencio” ante la “exigencia” que Vox ha puesto encima de la mesa a Cs y PP.

Mucho más dura fue la coordinado­ra general de Podemos Andalucía y líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, quien acusó al juez “prevaricad­or” Francisco Serrano, portavoz parlamenta­rio de Vox, “de su complicida­d con los asesinatos vinculados a la violencia

Borja Sémper, el portavoz del PP en el Parlamento vasco, subraya su “lejanía oceánica” con Abascal

machista”. Rodríguez lamentó que “ni siquiera ablandan el pequeño y duro corazón de estos señoros los 90 asesinatos de mujeres y niños y niñas de la mano de la ideología que sí es de género, que es el machismo, que plantea que la mujer tiene que estar atada a la pata de una cama”.

Mientras todos hablaban, el PP y Ciudadanos reanudaron ayer los contactos sobre la estructura de gobierno y el candidato a la presidenci­a de la Junta. Pese a que Vox aumenta el tono, entre los socios existe el convencimi­ento de que a Abascal no le interesa pasar a la historia como el líder del partido que frustró la derrota del PSOE.

Moreno Bonilla (PP) será el presidente, con Juan Marín (Cs) como vicepresid­ente en una Junta que tendrá entre 10 y 12 consejería­s (12 tiene la actual). El principal escollo será qué partido se quedará con Hacienda, es decir, manejará el dinero. Cs ya ha expresado su intención de que el consejero de esa área deberá pertenecer a un partido distinto al del presidente. Controlar las consejería­s de Salud y Educación será el segundo caballo de batalla.

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ANTONIO GARCÍA / EFE Santiago Abascal, en un acto de su partido en Aragón

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