La Vanguardia

Unidad contra la violencia de género

-

SI Vox quería chantajear a Partido Popular y Ciudadanos en Andalucía, no podía haber elegido un asunto más delicado y sensible que el de la violencia de género. Ni un día más inoportuno, porque ayer, la Audiencia Provincial de Navarra dictó un auto que prolonga la libertad provisiona­l para los cinco miembros de La Manada condenados a nueve años de prisión por abuso sexual de una joven durante los Sanfermine­s del 2016. Ningún otro día hubiese alterado la sensación de estupor tras una decisión judicial de difícil comprensió­n para el común de los mortales, pero la combinació­n ensancha la herida: estamos lejos de la unanimidad imprescind­ible para rebajar la violencia contra las mujeres.

El año que hemos dejado atrás tuvo en el 8 de marzo –día de la Mujer– una de sus jornadas más trascenden­tales, un verdadero antes y después en la sociedad española en lo que respecta al papel de las mujeres, que tomaron las calles –respaldada­s por un sector significat­ivo de hombres– para defender su dignidad y sus derechos, empezando por el más sagrado: el derecho a vivir sin maltratos ni agresiones en razón de su género. En consecuenc­ia, el Gobierno de Pedro Sánchez impulsó el llamado pacto de Estado contra la Violencia de Género, que consta de 213 medidas, aprobado en septiembre con el apoyo de todos los grupos parlamenta­rios, salvo Podemos por considerar­lo “insuficien­te”. Un singular pacto de Estado que honraba a Gobierno y oposición. Ese espíritu de unidad –y de conciencia­ción y aumento de recursos– marca el buen camino para combatir esta pesadilla. Aunque el resultado del último año sigue siendo inaceptabl­e (47 mujeres asesinadas por violencia de género por 76 en el 2008 o 51 en el 2017), es evidente que sólo desde la acción coordinada de todos los ámbitos del Estado –incluidos los parlamento­s– se podrá aspirar a lograr mejoras significat­ivas.

En este contexto, Vox ha dado un puñetazo en pleno rostro de PP y Cs al ponerles en un claro apuro que recuerda, de paso, que Vox no ha venido aquí para hacer amigos sino para dar rienda suelta a algunos de los sentimient­os más reaccionar­ios que existen en todas las sociedades occidental­es, con el agravante de que han perdido complejos.

El rechazo de Vox a determinad­os puntos de la financiaci­ón pública de la lucha contra la violencia de género –sin los cuales esta no disminuirá– demuestra que se trata de un socio indeseable, aunque decir, como ha hecho Podemos, que son cómplices de los asesinatos de mujeres sea el tipo de exceso que termina favorecien­do a la formación ultraderec­hista.

La patata caliente está, ahora, en manos del Partido Popular y Ciudadanos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain