El Espanyol recupera la sonrisa
Los blanquiazules rompen su peor racha con un solitario gol de Borja Iglesias que redondeó un buen partido
Un gol le bastó al Espanyol para acabar por fin con su peor racha ante un Leganés que tampoco tuvo opciones de dar la sorpresa. Volvió a jugar un buen partido –eso no era novedad–, pero esta vez consiguió ver puerta y, más importante aún, ni encajó ni sufrió pese a seguir evidenciando algunos desajustes defensivos. Los blanquiazules pudieron incluso golear, pero no tuvieron que acabar pagando todo lo que perdonaron. El españolismo respira por fin un poco.
Rubi cumplió con su promesa y volvió a salir con todo y a por todas, con Melendo ya consolidado como una pieza clave en el centro del campo y Rosales de nuevo en el lateral derecho después de que Javi López volviese a quedarse una vez más a última hora fuera de la convocatoria. Sin margen para la especulación, los blanquiazules se volcaron desde el inicio sobre la portería de Cuéllar con una transición rápida, tanto por el centro como por las bandas, que resultó clave para superar la acumulación de hombres del Leganés en el centro del campo.
Fue así cómo Borja Iglesias ya dispuso de la primera ocasión clara en esos primeros minutos de gran intensidad local, cuando cabeceó ligeramente desviado un centro de Rosales. Poco antes de que David López protagonizase la que acabó siendo la jugada del partido: un disparo desde casi 50 metros que sorprendió al meta visitante, demasiado adelantado. La parábola del balón acabó estrellándose en el larguero, pero Borja Iglesias, el único que corrió en pos del balón, acabó recogiendo el rechace para abrir el marcador cuando aún no se habían cumplido los 10 primeros minutos de juego.
No era la primera vez que los de Rubi ensayaban una acción similar. Esta campaña ya habían probado el disparo lejano Hermoso y el propio Borja Iglesias. Sin acierto. Tampoco lo acabó de tener David López, aunque es innegable que buena parte del mérito de que su equipo se reencontrase por fin con la victoria fue suya. El otro responsable, goleador a parte, fue un Diego López muy atento a todos los balones que desde las bandas o desde el banderín de córner lanzaron los pepineros como único recurso ofensivo.
El Espanyol volvía a ver puerta y conseguía por fin capitalizar un juego intenso y vistoso. Y era sólo el principio. Porque a partir de ahí el equipo se hizo con el control absoluto del juego ante un rival perdido en su fracasada estrategia de destruir el juego blanquiazul. Los locales volvieron a exhibir su mejor fútbol y a llegar al área con la facilidad que no habían tenido en todo ese cúmulo de partidos en blanco. Su dominio esta vez no fue estéril, y por más que el equipo no consiguió volver a ver puerta en todo ese primer período Sergio García, Baptistão y de nuevo Borja Iglesias perdonaron el segundo en una fase de partido para enmarcar que consiguió volver a hacer vibrar e incluso entrar en calor a la grada de Cornellà.
Tras la reanudación el Espanyol siguió a la suya y perdonó otra vez el gol de la tranquilidad. Lo volvió a hacer, por partida doble, Baptistão, para provocar el runrún de la grada. En el primer caso por no asistir a Borja Iglesias y marrar en su mano a mano con Cuéllar; en el segundo, por enviar por encima del larguero un disparo franco. Entre una y otra ocasión, el otro referente ofensivo del Espanyol, Sergio García, tuvo que retirarse tras sufrir un pinchazo.
Pellegrino movió el banquillo convencido de que era su momento para aportar profundidad y pegada con Recio y El Zhar. Y, efectivamente, el Leganés mostró otra cara y acabó amenazando la portería local. Algo debió temer Rubi cuando su reacción –ampliamente cuestionada– fue sentar a Melendo para sacar al campo a Víctor Sánchez. Pero esta vez no había de qué temer, en parte por las lecciones que ha acabado aprendiendo el equipo, en parte por la entidad de un rival que no mereció más.
EL PROTAGONISTA Consolidado como una pieza clave en el centro del campo, Melendo aportó nervio e intensidad
LA ACCIÓN DECISIVA
David López emuló las largas parábolas que ya habían ensayado Hermoso y Borja Iglesias