Barcelona no sabe qué hacer con Montjuïc
El enésimo plan plantea ahora mejorar la movilidad y la seguridad y acotar el número de actos
Montjuïc, el pulmón verde de Barcelona, busca desde hace años su encaje en la ciudad. La disyuntiva que desde hace décadas se les presenta a todos los equipos de gobierno para abordar qué se puede hacer en la montaña aún no está resuelta, pese a los proyectos que se han sucedido en estos últimos años para reactivar sus usos y convertir esta amplia extensión en una versión barcelonesa, que por ahora ha resultado fallida, del Central Park de Nueva York. El futuro de este gran parque depende ahora del resultado de un nuevo proceso participativo que pretende volver a reordenar las actividades y atajar déficits históricos ya conocidos y que afectan a la movilidad, la iluminación o la seguridad, entre otros problemas.
El equipo de gobierno de la alcaldesa Ada Colau presentará el nuevo plan de Montjuïc en abril junto a un calendario de actuaciones. Antes, a finales de este mes, está previsto dar a conocer en una última reunión del Consell del Parc –el órgano que ha llevado a cabo el proceso participativo– el documento de conclusiones y las 76 propuestas recogidas a lo largo de un año.
“Actuar en esta zona de la ciudad no es tarea fácil. Es de una extensión muy grande con equipamientos de ciudad y de país, un anillo olímpico con instalaciones que apenas se utilizan... Queremos empezar poco a poco y por las cuestiones más básicas que pueden ayudar sobre todo a los vecinos del entorno”, señala la teniente de alolímpicas, calde de Urbanismo, Janet Sanz.
La propuesta del equipo de gobierno toma como base el plan director de Montjuïc y la posterior Modificación de Plan General Metropolitano aprobados en el 2014 después de un largo debate, pero que nunca se han llevado a la práctica. Las actuales iniciativas inciden en los mismos problemas de siempre, aunque plantean diferentes soluciones a las adoptadas anteriormente. Atrás quedan aventuras fracasadas que buscaban convertir Montjuïc y sus equipamientos en un atractivo turístico de primer nivel. Es el caso del parque temático del deporte en las instalaciones el Opencamp, con el que se intentó dar una nueva oportunidad al estadio Lluís Companys y que cerró al año de su inauguración. O el ambicioso proyecto de la Generalitat para unir los equipamientos culturales en la falda de Montjuïc –MNAC, pabellón Mies van der Rohe y CaixaFòrum– a través de una gran plaza soterrada bajo la Font Màgica. Un plan que, por ahora, permanece olvidado en un cajón, a pesar de que llegó a firmarse un acuerdo para llevarlo a cabo.
El futuro plan pivota en cuatro elementos: los vecinos del entorno; la biodiversidad y renaturalización del parque; la movilidad, y la seguri- dad. Así las cosas, se incide en la necesidad de racionalizar el uso que se hace de la montaña a través de la restricción del número de actividades que se celebran en ella, y por eso se establecerá un máximo de actos anuales.
También se pretende abrir los actuales equipamientos a la ciudadanía y que los barceloneses puedan utilizar, por ejemplo, las instalaciones olímpicas, o impulsar programas de fidelización o promoción para que los residentes en Barcelona puedan hacer uso a un precio ventajoso de los equipamientos culturales ubicados en la montaña. Iniciativas que, según Sanz, ordenarán los usos que se hacen actualmente de la montaña, la harán más atractiva y protegerán el gran potencial verde y su biodiversidad.
El plan de actuación pone el foco en los núcleos urbanos de su entorno: La Satàlia, Can Clos, el Polvorí y
LA INICIATIVA MUNICIPAL
En abril el equipo de gobierno presentará un calendario de las propuestas que aplicar
AVENTURAS FRACASADAS
El parque temático del deporte que daba un nuevo uso al estadio funcionó sólo un año
DEPORTE PARA TODOS
Las instalaciones olímpicas se podrían abrir para el disfrute de los barceloneses
la Font de la Guatlla para hacer la vida más fácil a sus vecinos. Por eso incide en la movilidad y la seguridad y los considera dos de los principales problemas de la montaña. El documento considera que el déficit de transporte público es una de las prioridades por subsanar, ya que ni siquiera se dispone de carril bici. De ahí que se pretenda mejorar las comunicaciones entre los barrios del Poble Sec y la Marina a través de la montaña o integrar el precio del teleférico en algunos abonos de transporte público, entre otras propuestas. Sanz explica que para alcanzar estas mejoras se basarán en el trabajo realizado en el Park Güell estos últimos años. “Allí hemos conseguido incrementar las conexiones con los autobuses, se han cambiado las paradas de taxis de lugar y hemos logrado un buen resultado”, señala.
El impulso de iniciativas para mejorar la seguridad es otra de las grandes reclamaciones. La idea es dotar a las calles de mejor iluminación, elaborar un censo para identificar los asentamientos de personas y desarrollar medidas de prevención de robos y vandalismo a través de un documento en el que estén implicada la Guardia Urbana y educadores de calle, entre otros.
La recuperación de Montjuïc como gran pulmón verde es otro de los objetivos que se marca el documento. Para ello pretende impulsar un centro de interpretación de la montaña, una idea ya recogida en el plan director, y desarrollar un estudio histórico para la definición de los trazados que recuperar en el ámbito del gran parque, priorizando aquellos que conecten con los barrios limítrofes. Además se propone la creación de una zona específica para potenciar su biodiversidad.
Los equipamientos sin uso, objeto de debate durante muchos años, son otra de las cuestiones que se han abordado en este plan. La intención es la de priorizar una agenda de reconversión de equipamientos existentes y el traslado de la montaña de aquellos que están afectados por el plan director del 2014, como el Pabellón de Italia, la Escuela Municipal de Hípica La Foixarda, el campo de rugby, el club de tiro con arco y el deportivo. Además se propone otra serie de equipamientos para transformar. En esta lista se encuentran el campo de Julià de Capmany, el faro de Montjuïc, el Jardín Botánico Histórico y los palacios de Alfons XIII y Victòria Eugènia. Sobre estos últimos edificios, la teniente de alcalde explica que se está en conversaciones con Fira Barcelona para dotarlos de una nueva vida, pero que aún no se ha acordado nada con la institución ferial.
Lo cierto es que los usos de Montjuïc y los informes sobre carencias y problemas de esta montaña quizás sean, junto a los elaborados sobre el
LOS ANTECEDENTES
En el 2014 se aprobó un plan director y una modificación del Plan General Metropolitano
tranvía por la Diagonal, los más discutidos en la historia reciente de la ciudad. Y es que la reactivación del gran pulmón verde viene de lejos. A principios del 2000 ya se hablaba de un plan director para reordenar este gran espacio, proteger su patrimonio, demoler fincas sin uso y erradicar algunas actividades, pero el plan elaborado en el 2010 no suscitó mucho entusiasmo. No tuvo el consenso del resto de los grupos ni el de los vecinos. La intención del equipo de gobierno del entonces alcalde, el socialista Jordi Hereu, de llevar a esta gran zona verde un centro de acogida de animales motivó algunos de los desencuentros. Al final se decidió ubicar la perrera en Montcada i Reixach –aún no está construida– y el plan director no vio la luz hasta junio del 2014, ya en el mandato de Trias, que presentó la plaza de los museos como proyecto estrella para la montaña.
Cuatro años después de la aprobación de la Modificación de Plan General Metropolitano, el gobierno de Colau inició el nuevo proceso participativo, que concluye ahora, esta vez ampliado a 98 operadores vinculados con la montaña, ya que se consideró que el anterior no había sido suficientemente amplio.