Trump allana el terreno para declarar emergencia nacional en la frontera
El presidente maniobra para sortear el bloqueo del Congreso y construir el muro
La incorregible costumbre del presidente Donald Trump de manipular los hechos y retorcer la verdad hasta dejarla casi irreconocible, sumada a las bajas audiencias, ha llevado a algunas cadenas a dejar de dar en directo algunos de sus mítines y actos públicos, pero anoche (madrugada en España) las principales televisiones accedieron a interrumpir para emitir en directo en prime time su primer discurso a la nación desde el despacho oval.
El objetivo del presidente, convencer a los estadounidenses de que existe “una crisis humanitaria y de seguridad nacional” en la frontera con México y allanar el terreno para declarar una emergencia nacional que le permita detraer fondos del ejército para construir su prometido muro, ese que 212 veces dijo que México pagaría, según el recuento de The Washington Post.
La excepcional decisión podría ser frenada por el Tribunal Supremo, como le ocurrió a Harry Truman cuando intentó nacionalizar el sector del acero, pero daría al presidente una salida para intentar cumplir su emblemática promesa de campaña y acabar con el impopular cierre del Gobierno, que el viernes dejará a cientos de miles de empleados federales sin recibir su salario.
El mensaje a la nación forma parte de una ofensiva más amplia de Trump para convencer a la opinión pública de la necesidad del muro. Mañana viajará a Texas para defender sobre el terreno la obra. Ya no hace falta que sea un muro de cemento. Se conformaría con algún tipo de barrera de acero si así los demócratas le dan los 5.700 millones de dólares que reclama para el proyecto. Pero si Trump no logró convencer al Congreso de sus planes cuando los republicanos controlaban las dos cámaras, no lo va a conseguir ahora que los demócratas han tomado el control de la cámara de representantes. Su speaker, Nancy Pelosi, y el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, han convencido a las televisiones para emitir en directo su respuesta a la declaración del presidente. Los ocho minutos que le han concedido, argumentaron, iba a estar llenos de “malicias e informaciones erróneas”.
Actualmente, la mayor parte de la inmigración ilegal a EE.UU. corresponde a personas que llegaron legalmente, con visado, y luego se han quedado en el país. Aunque subieron ligeramente a primeros del año pasado, las cifras de entradas ilegales por la frontera están en el nivel más bajo en décadas (300.000 en el 2018, frente a 1,6 millones en el 2000), pero la Casa Blanca lleva días recurriendo a datos falsos o inexactos para justificar su apocalíptica descripción de la situación.
La portavoz del presidente, Sarah Sanders, dijo el domingo que el año pasado se arrestó a casi 4.000 terroristas cuando intentaban entrar desde México. Hablaba en Fox News, pero ni la cadena amiga del presidente se tragó la mentira: como recordó el presentador, Chris Wallace, la gran mayoría de esas detenciones tuvo lugar en aeropuertos. Preguntada por las cifras de la frontera con México, la secretaria de Interior, Kirstjen Nielsen, alegó que era información reservada: los últimos informes oficiales indican que entre octubre del 2017 y marzo del 2018 se detuvo allí a seis extranjeros sospechosos de terrorismo.
Lo cierto es que sí hay una crisis en la frontera, pero humanitaria, por la falta de medios para atender a las personas que llegan legalmente a pedir asilo, una situación a la que la Casa Blanca ha respondido con medidas disuasorias como la separación de familias. Los demócratas sí quieren dedicar más fondos para aliviar esta situación, pero el presidente está centrado en el dinero para el muro. Trump aseguró hace unos días que sus antecesores en el cargo le han dicho que ojalá hubieran construido ellos mismos la barrera. Jimmy Carter ha sido el último expresidente en desmentirle.
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