El alcalde del pueblo del brote racista llama a la calma
El alcalde del municipio sevillano de Casariche, el socialista Basilio Carrión, pidió ayer “calma y tranquilidad” a la población tras los sucesos de la madrugada del lunes, después de que un grupo de vecinos se concentrarr para increpar e intentar agredir a un varón de nacionalidad rumana que había sido detenido cuando se encontraba en el interior de una vivienda de la localidad perpetrando un robo junto a otro compatriota, que logró huir antes de ser arrestado por los agentes de la Guardia Civil.
“Es necesario, en estos momentos complicados, seguir desarrollando la vida con tranquilidad y dentro de la convivencia que caracteriza al municipio a pesar de estos casos puntuales”, dijo el alcalde. Tras asegurar que se mantendrá la seguridad y que, incluso, se intentará incrementar, dejó claro que “los hechos que se han producido no son ni mucho menos racistas”, ya que recuerda que el municipio tiene “colonias de rumanos, de subsaharianos y de marroquíes, donde se convive sin ningún problema especial”. Insistió en el carácter pacífico y trabajador de su municipio.
En este sentido, pidió a los vecinos que vayan por la vía legal y que confíen en la actuación policial” para evitar más altercados. “Estas dos personas son, primero, delincuentes y, después, rumanos”, apuntó, añadiendo que “alguno de ellos ya ha estado detenido en su país de origen”. “Creemos que no se tiene que producir una alarma social generalizada, ya que son casos puntuales. No hay que tener miedo”, insistió el responsable municipal.