Se ha puesto la noche rara

JUAN Manuel Moreno Bonilla será el primer presidente de la Junta de Andalucía del PP. No ganó las elecciones, pero fue la fuerza más votada de las derechas, que sumaron para poder ocupar el palacio de San Telmo. Sin embargo, le ha costado Dios y ayuda conseguir un acuerdo, a pesar de todo el espumoso que corrió la noche electoral. Cuarenta días ha durado el vía crucis de Moreno Bonilla –y de Pablo Casado–, pues Vox ha sabido llevar hasta el límite el acuerdo con el PP, con la mirada observante de Ciudadanos, la tercera pata del taburete andaluz. El presidente in péctore ha recordado a menudo durante esa cuarentena la canción de Rosalía: “Se ha puesto la noche rara,/han salío luna y estrellas./Me lo dijo esa gitana, (¿qué?)/ mejor no salir a verla (no)./Sueño que estoy andando/por un puente y que la acera (mira, mira, mira)./Cuanto más quiero cruzarlo, (¡va!)/más se mueve y tambalea./ Malamente (...)”.

Al final, el pacto con la formación de extrema derecha que preside Santiago Abascal no incluye la derogación de las leyes de violencia de género, de igualdad y de LGTBI. Ni tampoco la expulsión de 52.000 inmigrantes. El PP acepta sólo parte del discurso de Vox, desde la sustitución de la ley de Memoria Histórica por una llamada ley de concordia, pasando por el apoyo a una ley de la tauromaquia, para concluir en la creación de una consejería de familia. Nada inasumible.

En cualquier caso, desde el 2-D han ocurrido unas cuantas cosas como resultado de estas elecciones. Vox ha emergido en la política española, el nuevo PP tendrá complicado exportar el pacto andaluz, Cs se ha visto apartado de la centralidad a la que aspira e indirectamente la aprobación de los presupuestos del Gobierno socialista puede estar más cerca, viendo el independentismo catalán las alternativas de futuro. También lo canta Rosalía: “Este cristalito roto/yo sentía como crujía”. Algo ha crujido en la política española en las últimas semanas. “Malamente”.