Trampa entre las dunas
Barreda abandona por cuarta vez y Sainz se despide del tuareg al romper una suspensión
La tercera etapa del Dakar le ha salido cara a la participación española, que en un solo día ha visto cómo Joan Barreda pasaba de defender el liderato a abandonar tras caer en un barranco, mientras Carlos Sainz perdía más de tres horas después de romper la suspensión, lo que le descarta por completo de cara al podio.
Las desgracias nunca llegan solas. En el Dakar lo hacen de dos en dos. Ayer, en la tercera jornada de la arenosa edición peruana, de San Juan de Marcona a Arequipa (331 km), Joan Barreda abandonaba tras quedar encallado en un barranco y Carlos Sainz se despedía de sus opciones de victoria al romper una suspensión del Mini y ceder más de tres horas. Dos de las principales bazas españolas dijeron adiós al tuareg de una tacada.
Barreda, que defendía liderato por segundo día, se quedaba atrapado en una hondonada hacia el kilómetro 143 de la etapa. Tras pasar más de una hora sin poder sacar la moto de un hoyo de arena, en un terreno complicado de difícil acceso, desviado a 300 metros de la ruta, el castellonense optó por abandonar. Un helicóptero de la organización lo trasladaba al vivac. El de Torreblanca era la imagen de la desolación: ni a la novena será la vencida, como le ocurrió a Nani Roma. El Dakar sigue siendo su fruta prohibida. En nueve participaciones, cuarto abandono, segundo consecutivo. Si en el 2018 fue doblemente doloroso, física y moralmente, al acabar exhausto, después de tres días corriendo cojo, con la rodilla destrozada al caerle encima la moto en la 7.ª etapa, después de rozar la victoria, en esta edición Barreda volvía a esperanzarse con que fuese su año. Logró el triunfo en la etapa inaugural (17.ª victoria parcial en el rally) y defendía el liderato abriendo pista en la segunda jornada con un gran tercer puesto. Pero él solo se metió en la boca del lobo.
“Es un día triste; había salido muy bien, apretando, abriendo pista, había mucha niebla y poca visibilidad. Llegamos a un way point, había un barranco con muchas rocas, intenté dar la vuelta, pero no se podía, no pude subir, así que intenté bajar más para encontrar una posible salida, pero era imposible, cada vez estaba peor”, explicaba Barreda al llegar al campamento.
Estos dos abandonos consecutivos se unen a dos más anteriores, el del 2016 por una avería que le hizo perder más de cinco horas, y el primero, en su debut, en el 2011, por una caída. Su mejor resultado en el Dakar había sido un 5.º puesto en el 2017.
Para Carlos Sainz, la jornada fue nefasta. El piloto madrileño, que salía 8.º y llegaba a marcar el segundo crono en el way point 1 ,a 3s de Al Attiyah, se quedaba bloqueado en el kilómetro 38. El Matador tenía destrozada la rueda delantera izquierda de su Mini buggy al caer en una zanja y dañar la suspensión. “En este agujero rompimos la suspensión. Estamos tratando de reparar. Así es el Dakar”, tuiteaba Sainz mientras esperaba la asistencia, lo que le tuvo parado más de tres horas. El madrileño y su copiloto catalán pudieron retomar la etapa con las opciones rotas de revalidar el tuareg. En el WP3 acumulaban 3h30m de retraso sobre Stéphane Peterhansel, que acabó ganando la etapa y saltando al tercer puesto de la general.
La arena peruana se cobró otras ilustres víctimas como Sébastien Loeb, que cedió casi 43 minutos a su paisano y se retrasó al 8.º de la general. O en motos, los cabezas de cartel de KTM, los tres últimos vencedores del rally, se descolgaron de Pablo Quintanilla, el nuevo líder. Quien más perdió fue el vigente campeón, Matthias Walkner, más de 23 minutos.
LA MALDICIÓN DE ‘BANG BANG’ Tercer abandono en 4 años, Barreda esta vez optó por retirarse al no poder sacar la moto de un barranco
EL CALVARIO DEL ‘MATADOR’ Sainz cayó en una zanja, rompió la suspensión del Mini y perdió más de tres horas y media