Pepe Font de Mora
Medios internacionales destacan exposiciones de la Miró, Foto Colectania y la Tàpies entre las mejores del 2018
DIR. FUNDACIÓN FOTO COLECTANIA
La exposición Saul Leiter. In search of beauty, presentada en Foto Colectania, ha sido elegida como una de las diez mejores europeas del 2018 por The Guardian, que también destaca la de Susan Meiselas coproducida por la Tàpies.
Ala hora de hacer públicos sus resultados anuales, los museos y centros de arte echan mano de las cifras de visitantes, a menudo maquilladas y por tanto poco fiables, y que si bien reflejan el interés o la atracción que a priori suscitaron sus propuestas, nada dicen del grado de satisfacción de quienes acudieron a su llamada o de su impacto una vez esta o aquella exposición, este o aquel artista, abandonaron definitivamente sus salas. De ahí que las listas que los medios y revistas especializadas elaboran a partir de los criterios personales (y subjetivos) de sus críticos se hayan convertido en un termómetro que tener en cuenta a la hora de tomar el pulso artístico de una ciudad. Si damos esto por bueno, habrá que convenir que el 2018 fue un gran año en Barcelona, con tres exposiciones situadas en el ranking de las más destacadas a escala internacional: Las cicatrices nos recuerdan que nuestro pasado es real, de Kader Attia, en la Fundació Miró; Saul Leiter. In search of beauty, que pudo verse en Foto Colectania; y Susan Meisalas. Mediacions, una coproducción de la Fundació Tàpies con el Jeu de Paume de París.
“Mi percepción es que Barcelona es una ciudad de cultura, capaz de generar proyectos de relevancia internacional, y esto me lo confirma”, señala Marko Daniel, quien hace poco más de un año abandonó su cargo de jefe de programas públicos de la Tate Modern y de la Tate Britain para dirigir la Fundació Miró. Días atrás la revista especializada Hyperallergic escogía la exposición del artista franco-argelino Kader Attia (Dugny, 1970), ganador del último premio Joan Miró, como una de las veinte mejores propuestas presentadas en el 2018 fuera de Estados Unidos. Tanto Attia como Saul Leiter o Susan Meisalas, estas últimas exposiciones destacadas por el crítico de The Guardian Sean O’Hagan entre las diez mejores muestras europeas de fotografía, son artistas prácticamente desconocidos para el gran público. “En todos los lugares del mundo –apunta Daniel– solemos evaluar lo que vemos con relación a lo que ya conocemos. Y es todo un reto para los museos presentar cosas diferentes, nuevas, sin caer en la trampa del paternalismo. Me parece una actitud muy arriesgada que alguien, en cualquier contexto, se atreva a decir ‘yo sé mejor que tú lo que debería gustarte’. Pero al mismo tiempo, si no ofrecemos cosas nuevas, si no somos capaces de crear el clima en el cual sea posible tener experiencias nuevas con artistas o formas de arte con las que no estamos familiarizados, si sólo vamos a lo obvio, a lo conocido, nunca pasa nada y perdemos muchas posibilidades”.
“El reto de descubrir algo nuevo es difícil –admite–, y deberíamos tener la capacidad de reconocerlo en todos ámbitos de nuestra vida, pero en el de la cultura es especialmente importante. La televisión nos propone ver aquello que presuntamente queremos ver según sus análisis de datos. Y al contemplar la perspectiva de un artista como Kader Attia que mira lo que está pasando en el mundo con otros ojos, se nos abre una perspectiva distinta y amplía nuestro horizonte. Susan Meiselas es otro ejemplo claro de artista que aporta una nueva mirada”.
El crítico de The Guardian resalta en concreto la retrospectiva de la fotógrafa norteamericana que pudo verse a principios de año en el Jeu de Paume, aunque la muestra se cocinó y se pudo ver previamente en la Fundació Tàpies y su comisario fue Carles Guerra, su director, junto a Pia Viewing. En Barcelona, a diferencia de lo que pasó en París o luego en el MoMA de San Francisco, la exposición pasó prácticamente desapercibida, coincidiendo con un momento especialmente bajo en la afluencia a los museos por el 1-O.
Para Guerra es fundamental que un centro como la Tàpies ofrezca proyectos y propuestas particulares que no pasan por ir a “reconocer lo que ya conocemos” sino que requieren una disposición a ver de nuevo por parte del público, y en ese sentido recuerda que ya en los noventa, y bajo la dirección de Manuel Borja-Villel, pasaron por esas mismas salas artistas desconocidos que luego entraron a formar parte del mainstream de los museos como Louise Bourgeois, Lygia Clark o Marcel Broodthaers.
En el caso de Saul Leiter en FotoColectania la propuesta encerraba también el redescubrimiento de un fotógrafo rescatado del olvido seis años antes de su muerte, en el 2013, “aunque sabíamos que el efecto boca a boca había funcionado con éxito por todos los lugares que había pasado”, señala Pepe Font de Mora, director de la Fundació Foto Colectania, que explica que gracias a la complicidad con la Saul Leiter Foundation de Nueva York y el propietario de la Gallery Fifty One de Amberes, fue posible producir un proyecto “muy especial, exquisito”, desde Barcelona, que ahora viajará por Europa.
‘Hyperallergic’ destaca la muestra de Kader Attia, y ‘The Guardian’, las de Saul Leiter y Susan Meiselas