Un Barça muy sólido
Heurtel, Séraphin y Hanga lideran un trabajado triunfo en Milán
Con la batuta mágica de Heurtel. Con la contundencia de Séraphin bajo el aro rival. Y con el juego todoterreno de un Hanga que ya tiene las piernas que le caracterizan. Esos fueron los ingredientes principales con los que el Barça cocinó un triunfo importante en la Euroliga, su cuarta victoria consecutiva en el torneo. Un éxito a base de dureza mental y de solidez. Una actuación que demuestra que este Barcelona es más potente que la pasada campaña y que la anterior a la hora de manejarse en partidos ajustados. En Milán, ante un rival de similar categoría, los blaugrana fueron más equipo.
Se trataba de un duelo directo entre adversarios que pugnan en la clasificación, y eso se notó desde el principio. El Armani Milán dispone de unas cartas marcadas. Por fuera, el jugón Mike James, que aglutina juego y que anota o reparte con libertad. Por dentro, Gudaitis, un pívot con buena mano y móvil. Todo dentro de un baloncesto colectivo que gusta de la rapidez y de no especular demasiado. Correr y tirar. Lo sabía Svetislav Pesic, que intentó desde el principio desgastar a James. Ahora, poniéndole encima a Pangos. Ahora, optando por Blazic. Ahora, colocándole a Ribas. El Barça exponía un baloncesto de anotación más coral.
El partido cogió desde el inicio un tono muy igualado, con ventajas muy pequeñas, casi siempre para el Barcelona, que trataba de defender con fuerza y tapar la línea exterior de los italianos, que llegaban al partido como el primer equipo en tiros triples de la competición. Hasta el descanso sólo anotaron tres, aunque el tercero, de Jerrells, les sirvió para alcanzar el entreacto con una ventaja mínima (37-36).
El Barcelona había hecho bien las cosas, pero le había faltado un poquito de puntería en ataque para dominar. Además, los barcelonistas se vieron penalizados por los árbitros, permisivos con los contactos de los milaneses. En los dos primeros cuartos los de Pesic sólo lanzaron un tiro libre, y el Armani se fue hasta los doce. Una diferencia nada despreciable en una cita nivelada.
Un equilibrio en el que brilló Seraphin, que cuando coge una buena racha es tremendo (10 puntos al descanso). En el Armani, James y Gudaitis (11 y 10 puntos, respectivamente) comandaban a los suyos.
Se presentaba una reanudación emocionante. En ella emergió Thomas Heurtel para ser el autor de 11 puntos en el tercer cuarto, vitales, junto a unos buenos minutos de un recuperado Ribas, para que el Barcelona le pegara el primer tirón al partido y se labrara una ventaja de nueve. Ya no abandonaría más el timón del partido y entró ganando de ocho en el último periodo. Pero el Armani no se daba por vencido y aparecía la muñeca de Micov para secundar a James. El 64-67 era una amenaza con mucha tela que cortar todavía, pero ahí estaba Hanga para darle otra vuelta de tuerca al choque, para meter siete puntos seguidos y llevar el electrónico a un 66-76 que acercaba a la victoria a los blaugrana. El último arreón de los italianos fue potente, pero el Barça aguantó con los tiros libres, desde donde Séraphin puso la puntilla definitiva. Este Barcelona no quiere parar.