Francia, sin Karabatic, y España, aspirantes al trono
Por primera vez en 26 ediciones, el Mundial de balonmano masculino se celebra desde hoy (hasta el 27 de enero) en dos países a la vez, Dinamarca y Alemania, las consideradas cunas de la disciplina. Sus selecciones serán, por anfitrionas, dos de las favoritas al oro mundial, que al ser en año previo a los Juegos, otorga el premio gordo de una plaza fija en Tokio 2020. Pero, al margen de los locales, serán España, vigente campeona europea, y sobre todo la sempiterna Francia, campeona mundial, esta vez sin NikoKarabatic–recuperándosede una operación en el pie–, las grandes favoritas al trono más global.
La selección española, que dirige el catalán Jordi Ribera, volaba anoche hacia Munich, su sede de la primera fase, donde encuentra a un grupo asequible, con Croacia y Macedonia como principales rivales. “Afrontamos este torneo con la misma humildad y ambición que siempre”, dijo el capitán, Raúl Entrerríos. Entre los hispanos, el objetivo compartido es llegar a la lucha por las medallas, y volver, al menos, al podio que se les resiste desde el 2013 (tras el 4.º puesto del 2015 y el 5.º del 2017).
Abren hoy el torneo las anfitrionas, Alemania ante Corea (18.15) y Dinamarca contra Chile (20.15). España debuta mañana contra Bahréin (20.30).