El Barça de Lluís Cortés frena al Levante y presiona al Atlético de Madrid
La destitución de Fran Sánchez al frente del banquillo del Barça femenino llegó en el peor momento para su sustituto, Lluís Cortés, a quien le tocaba debutar ante el peligroso Levante, el único equipo de la Liga Iberdrola capaz de discutir la hegemonía del Barça y del Atlético de Madrid. Una derrota en la visita a la ciudad deportiva de Buñol podría suponer el adiós de facto al campeonato, que sigue muy difícil, aunque las culés aún dependen de sí mismas.
Además, si el Levante hubiera ganado, habría apeado al Barça de la segunda plaza, que da acceso a la Champions. Lluís Cortés no sólo tenía que sustituir a un técnico invicto (Fran Sánchez ganó todos sus partidos, menos tres empates a cero), sino que debía frenar al tercero en discordia del torneo. La apuesta salió bien.
La victoria gracias al 0-1, obra de la renacida Mariona Caldentey (m 65), permite a las azulgrana alcanzar a las atléticas, a espera de lo que hagan hoy contra el Logroño (Gol, 14 h) y aleja a las levantinas, ahora a seis puntos del Barça. Las jugadoras locales no bajaron la guardia en ningún momento, pero una de sus estrellas, la mexicana Charlyn Corral, estuvo ayer muy desdibujada y cedió casi todo el peso del ataque a Sonia Bermúdez. El partido no reveló muchas novedades, salvo que el fútbol femenino ya es víctima de las mismas urgencias que el masculino. De lo contrario no se entiende la destitución de Fran Sánchez justo después del 0-0 en casa contra el Espanyol. Su sucesor, que trabajó como analista para él, dio la titularidad a Mariona Caldentey, que esta temporada ha tenido altibajos y un terrible golpe emocional, la muerte de su padre.
La delantera, una de las fijas en las convocatorias de la selección, correspondió a la confianza del entrenador con un gol que vale su peso en oro. Lieke Martens, la mejor del mundo en el 2017 y una de las más destacadas ayer, disparó a puerta, pero la guardameta rival rechazó la pelota. Allí estaba, sin embargo, la 9 blaugrana, que la empujó a la red y remató la faena. Luego señaló al cielo y sonrió. No hace falta imaginarse a quién dedicaba el triunfo.