La captura de Battisti, un golpe de fortuna para Matteo Salvini
Sin esposas y esbozando una sonrisa. Así llegó ayer el exterrorista de izquierdas italiano Cesare Battisti al aeropuerto romano de Ciampino, después de 37 años de permanecer prófugo. Lo hacía sólo dos días después de que un equipo de la Interpol lo arrestara en Bolivia, donde había huido hace un mes después de que el Tribunal Supremo de Brasil avalase su extradición, un éxito que cayó como un golpe de suerte para el ministro del Interior, Matteo Salvini.
“Sé que voy a la cárcel”, dijo Battisti, según la prensa italiana. Estuvo pocas horas en Roma. El Ministerio de Justicia lo trasladó este mismo lunes a la prisión de Oristano, en Cerdeña, donde cumplirá su cadena perpetua.
El aterrizaje del antiguo militante comunista en Roma, condenado a una vida en la cárcel por cuatro homicidios a finales de los años setenta, se convirtió ayer en un gran espectáculo mediático. El Gobierno italiano permitió el acceso a decenas de cámaras de televisión e incluso Salvini retransmitió en directo por sus redes sociales el momento en que bajaba los escalones del Falcon 900 blanco que le llevó directamente desde Santa Cruz, en el este de Bolivia, a Roma. A su alrededor, agentes armados con metralletas, helicópteros sobrevolando la zona y hasta francotiradores en los tejados.
“Quien se equivoca paga e Italia es un país soberano, libre, respetado y respetable, y esta captura significa que hay un cambio de mentalidad en el mundo y que después de 37 años hemos podido capturar a un delincuente, a un infame, a un asesino, a un bellaco que nunca ha pedido perdón”, dijo el ministro ultraderechista, que esperó a Battisti a pie de pista.
Vestido otra vez con uniforme –esta vez con una chaqueta de policía–, el líder de la Liga no se podía perder esta foto y canceló una rueda de prensa con el comisario europeo para la Inmigración, Dimitris Avramopoulos. Para Salvini, que había pedido la entrega de Battisti al nuevo presidente brasileño, Jair Bolsonaro, la captura es una clara victoria. El exmilitante de izquierdas ha sido una pieza clave en el acercamiento entre Salvini y el anticomunista Bolsonaro, quien le prometió el “regalo” y se lo ha entregado sólo trece días después de haber asumido el cargo. El líder de la Liga llamó personalmente al brasileño para agradecérselo.
Según Andrea Baravelli, profesordehistoriacontemporánea en la Universidad de Ferrara, es evidente que Battisti “se ha convertido en un formidable elemento de propaganda política para un Gobierno que quiere resolver cosas que los precedentes no resolvían”. Baravelli explica que el grupo al que pertenecía Battisti, Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), era marginal en la galaxia de formaciones clandestinas de izquierda durante los oscuros años de plomo del terrorismo. Sin embargo, se ha convertido en un símbolo por haber conseguido librarse de la justicia italiana gracias a las complicidades políticas en los países en los que escapó. Primero se acogió a la doctrina Mitterrand en Francia, donde vivió casi quince años, y luego logró el aval del expresidente brasileño Lula da Silva que impidió su extradición y le concedió el permiso de residencia. “Para los italianos es un personaje simbólico porque ha vivido muy bien –señala el profesor–. Al contrario que otros prófugos, Battisti no se escondió sino que se hizo famoso escribiendo novelas negras y rodeándose de intelectuales, sobre todo en Francia”.
El primer ministro, Giuseppe Conte, explicó que él también había mantenido una conversación con Bolsonaro en la que acordaron extraditarlo directamente desde Bolivia y no desde Brasil, como pedía el presidente. De esta manera Battisti cumplirá con su cadena perpetua sin obtener ningún beneficio penitenciario,algo que no habría sido posible si hubiese hecho escala en Brasilia.
El antiguo terrorista aterrizó en Roma en medio de un fuerte despliegue mediático y de seguridad