La Vanguardia

A la sombra de Ronaldo

El delantero francés asume el rol de Cristiano Ronaldo y es a la vez el pichichi y el líder del equipo

- CARLOS NOVO

El delantero francés Karim Benzema ha destapado su instinto goleador en los últimos partidos, mostrándos­e decisivo para su conjunto y transforma­ndo los silbidos que habitualme­nte le dedicaba el Bernabeu en aplausos y ovaciones de una afición ansiosa por encontrar el reemplazo de Cristiano Ronaldo en el ataque blanco.

AKarim Benzema se le acumulan los elogios de un tiempo a esta parte. De silbado por el público del Bernabeu, tildado durante años de indolente y falto de instinto goleador, ha pasado a estrella del equipo, aplaudido a rabiar en el momento de su sustitució­n y coreado continuame­nte por la grada de animación: “Karim es nuestro nueve. Karim es nuestro nueve”, se desgañitar­on los jóvenes aficionado­s del fondo sur durante el partido ante el Alavés del pasado domingo.

Titular indiscutib­le para todos los entrenador­es que ha tenido en sus ya diez temporadas en el Real Madrid (salvo para José Mourinho), la eclosión de Benzema en la estrella que intuía Florentino Pérez (ha sido el único jugador por el que ha ido personalme­nte a su casa de Lyon para contratarl­e) ha sido producto de varios factores. Fuentes del vestuario blanco señalan dos como las causas más importante­s: del año pasado a este Benzema ha perdido cinco kilos, lo que le ha permitido ganar en explosivid­ad, fundamenta­l para un delantero.

La segunda ha sido de carácter accidental. La marcha de Cristiano Ronaldo le ha beneficiad­o. Ha madurado mentalment­e y ha tomado el rol que el club tenía destinado a Gareth Bale, quien entre lesiones y un carácter más retraído, vive cada vez más aislado del grupo. Las mismas fuentes admiten que Benzema, con Cristiano acaparando los focos, vivía muy cómodo, instalado en una zona de confort que le permitía jugar donde más le gusta (alejado del área) y siempre más dispuesto a dar el último pase al compañero que a asumir el protagonis­mo de apurar la jugada a costa de ganarse una buena bronca del portugués.

En su última comparecen­cia en público, en la zona mixta del estadio de Cornellà-El Prat, Benzema se definía a sí mismo: “Soy un nueve con alma de diez”. Una variante de lo que decía de él Zinédine Zidane, quizás el entrenador que mejor le ha comprendid­o hasta ahora: “Karim es un nueve y medio. Al que sabe de fútbol le gusta Benzema”. Para Solari, poco aficionado a destacar individual­mente a sus jugadores, Benzema es la excepción: “Karim siempre ha brillado, antes y ahora. Y ha hecho brillar a los demás. Para la prensa y el hincha hay jugadores que se quedan en un segundo plano, pero para nosotros no. Para los profesiona­les hay otros muchos jugadores muy importante­s de los que no se habla o se habla menos”.

La paradoja de este nuevo Benzema es que su peor y su mejor versión se juntan en muy poco tiempo. A comienzos de esta temporada el Madrid superó su peor racha histórica sin anotar un gol, la quebró Marcelo ante el Levante dejando la marca en 481 minutos. En aquel entonces Benzema pasó más de cuatro partidos con un solo remate a cuestas. Sus números eran raquíticos. Desde aquel 20 de octubre todo ha cambiado para el francés: suma diez goles en la Liga (pichichi del equipo) y 18 en total, más cuatro asistencia­s. Se presenta en el Camp Nou tras marcar en cinco partidos seguidos (con seis goles en los últimos cuatro), a uno sólo de igualar su mejor marca: seis seguidos, lo que logró en la temporada 16-17, la primera de Zidane.

A lo largo de su carrera Benzema le ha marcado nueve goles al Barcelona. Mañana su equipo le necesitará más que nunca.

ENTRE EL NUEVE Y EL DIEZ “Soy un nueve con alma de diez”, se define el jugador, del que Zidane decía que era “un nueve y medio”

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ANDREA COMAS / AP Karim Benzema celebrando su último gol, marcado este domingo al Alavés en el Santiago Bernabeu

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