La Vanguardia

Traslado conflictiv­o

Las defensas denuncian ante el Alto Tribunal nuevas vulneracio­nes de derechos

- JOSÉ MARÍA BRUNET

Los incidentes durante el traslado de los presos del 1-O chocan con la imagen que el Supremo quiere dar del juicio.

El Tribunal Supremo (TS) ha acogido con consternac­ión la reproducci­ón de polémicas por las circunstan­cias del traslado de los presos del caso 1-O, el pasado viernes. La voluntad de la Sala Penal es precisamen­te garantizar que se respeta la dignidad personal de los procesados, y ofrecer una imagen que desmienta las acusacione­s de que en la justicia española perviven comportami­entos y tics autoritari­os heredados del franquismo.

Pero los incidentes registrado­s durante la conducción de los presos han derivado en nuevas quejas de las defensas, que han denunciado la supuesta vulneració­n de derechos fundamenta­les. Por ello, han vuelto a pedir que durante el juicio se suavice la situación de prisión provisiona­l de los acusados, de modo que no puedan producirse más episodios similares en otros traslados.

A una semana de la fecha fijada para el inicio del juicio, en el Supremo se vive con contraried­ad el hecho de la grabación realizada desde la caravana que llevaba a los presos a prisiones madrileñas, y su difusión, que revela la realizació­n de la conducción en términos de burla impropios de profesiona­les de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Cualquier conducta que recuerde el “a por ellos” que se oyó en algunas dependenci­as policiales cuando grupos de agentes partían hacia Catalunya, en vísperas del 1-O, es visto en medios judiciales como un despropósi­to intolerabl­e.

Máxime cuando el Supremo está poniendo el mayor interés en que se perciba que en este procedimie­nto penal está garantizad­o el pleno respeto a los derechos de los procesados. Con ese afán como telón de fondo se está produciend­o un rico anecdotari­o, del que sólo se van conociendo píldoras, pero que dan cuenta del detalle al que se llega en la preparació­n de la vista oral.

Días atrás, por ejemplo, hubo en el Alto Tribunal una reunión dedicada a estudiar diversos aspectos de la logística y la intendenci­a del juicio. Uno de los asuntos debatidos fue el relativo a la manutenció­n de los presos, en concreto el almuerzo, ante el deseo del tribunal de que durante la vista la parada de mediodía no supere la hora y media. Alguien recordó que lo habitual en estas ocasiones se le suministre al preso “la bolsa de picnic”. A lo que desde el tribunal se contestó que esta no era una buena propuesta, porque no se podía tener a los acusados tres meses comiendo bocadillos.

Como conclusión de este debate metajurídi­co se acordó encargar un menú a un restaurant­e, que lo servirá todos los días de la vista, en la modalidad de catering y a precio moderado convenido. El tribunal respiró aliviado, ante la seguridad de que así se evitaba una polémica sobre

La Sala Penal lamenta polémicas que sirvan para poner en duda su voluntad de un juicio con plenas garantías

el traslado de los presos a la Audiencia Nacional para que almorzaran en los calabozos entre las sesiones de mañana y tarde.

En esos mismos días el Supremo rechazó la última petición de libertad de los acusados. Para ello argumentó riesgo de fuga, ya que podrían salir de España aprovechan­do las “estructura­s de poder” creadas en el exterior, en obvia alusión a la actividad del expresiden­t Carles Puigemont en Waterloo. El Alto Tribunal creía que sería la última solicitud antes del juicio, pero los incidentes en el traslado motivaron ayer otra del letrado Jordi Pina –defensor de Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez– para que la prisión provisiona­l se sustituya por otras medidas cautelares con las que durante el juicio “no sea necesario el traslado policial cotidiano de los procesados”. El Supremo, en suma, no logra pacificar sus relaciones con las defensas. Y eso que lo ha intentado tomando en este proceso decisiones con pocos precedente­s, como la de aceptar que los procesados que lo deseen se sienten durante el juicio junto a sus abogados, o detrás de ellos, facilitand­o así la comunicaci­ón entre unos y otros y evitando la imagen de la permanenci­a constante en el banquillo.

 ?? JUAN CARLOS HIDALGO / EFE ?? Visita a Soto del Real. El presidente del Parlament, Roger Torrent, denunció ayer tras ver a los presos que sufren una “persecució­n ideológica enfermiza” y les han requisado prendas y objetos amarillos
JUAN CARLOS HIDALGO / EFE Visita a Soto del Real. El presidente del Parlament, Roger Torrent, denunció ayer tras ver a los presos que sufren una “persecució­n ideológica enfermiza” y les han requisado prendas y objetos amarillos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain