La Vanguardia

Esquina con el mundo

- Jordi Amat

La ciudad está ganando a su favor los Jardins d’Emma. Camiones entran y salen del chaflán de la calle Borrell con Consell de Cent porque las obras no se han terminado aún: según leo en el cartel amarillo del Ayuntamien­to, se está levantando una guardería y un bloque nuevo de pisos financiado con créditos de banca pública. En el otro extremo de la isla, en las antiguas paredes de la esquina con Viladomat, un paseante aún puede contemplar los rostros que los vecinos organizado­s dibujaron hace un lustro reclamando equipamien­tos públicos. Entre una y otra punta, en el tramo central de la calle y oficialmen­te desde finales de diciembre, se ha puesto en marcha el instituto Viladomat. Por ahora, dos líneas de ESO, creo, y de bachillera­to. Si al mediodía se pasa andando al lado del instituto, se entrevén las cocineras al lado del comedor donde se sientan chicos de todos los colores del barrio. No hay espacio más prometedor que la educación pública para apaciguar las fracturas convivenci­ales que enquista la segregació­n. Es política.

Hasta no hace mucho esos adolescent­es del Esquerra de l’Eixample recibían clases dentro de unos barracones en un chaflán que está justo al lado. Ya no van a volver. Pero los barracones, aunque no se dé clase, están donde estaban. Ahora durante casi todo el día dentro hay luz encendida. Un vigilante de seguridad privado está al lado del enrejado o de pie en el pequeño patio de suelo duro. En la puerta han colocado un portero automático para controlar el acceso. Veo siempre, en los bancos de la calle, otros adolescent­es de unos 16 años pescando cobertura con el móvil, buscando la manera de conectarse con su mundo. Me imagino que son algunos de los chicos del norte de África que durmieron en comisarías y a los que durante unos días todo el mundo se los quitaba de encima porque nadie sabía dónde colocarlos. Son unos 60. Aquella construcci­ón precaria, pensada como una escuela temporal, se ha reconverti­do en residencia de urgencia. El otro día una señora se presentó en la asociación de vecinos para protestar contra aquella decisión. Temía que con los críos viviendo allí bajara la valoración de su piso. Su miedo también es político.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain