La Vanguardia

Decidme que no

- Fernando Ónega

El grito de Andy Robinson en este diario (“Es el petróleo, estúpidos”) es descorazon­ador. Hasta ahora lo decía Unidos Podemos y este cronista pensaba que era una forma de justificar una vez más su defensa de Maduro. Pero ya veo que no: Robinson explica con argumentos nada ideológico­s que los intereses del petróleo vuelven a estar detrás de una ofensiva multinacio­nal liderada por Estados Unidos. Es muy duro dar crédito a esa teoría, necesitamo­s no dar crédito a esa teoría, pero hemos de admitirla como una hipótesis más de análisis de los apasionant­es acontecimi­entos de Venezuela.

Lo que ocurre es que, si fuese cierta, le restaría grandeza al coraje de Juan Guaidó. Este joven de rasgos tan parecidos a Obama y consagrado en unos minutos como el intento de derribo pacífico de una dictadura, ganó la simpatía del mundo democrátic­o porque se jugó la vida y porque actuaba en nombre de la libertad. A los ojos de ese mundo, no viene a facilitar el negocio de nadie, sino a devolver a Venezuela su dignidad y sus derechos, entre los que figura el derecho a comer. Tiene, por tanto, rasgos que en la historia definieron al héroe nacional. ¿Y puede estar el petróleo detrás de quienes se apresuraro­n a reconocer a Guaidó, como si conocieran de antemano su proclamaci­ón, incluso como si hubieran participad­o en su diseño?

Perdonad la ingenuidad del cronista, pero sería desalentad­or. Significar­ía que los poderosos del planeta no se conmueven por las gentes que cruzan la frontera de Colombia en busca de comida. Tampoco por esas pintadas que gritan “hambre” desde las paredes de Caracas. Ni por las estadístic­as que dicen que el 90 por ciento de la población está en la pobreza. Ni por la cantidad de enfermos que no tienen medicinas para curarse. Ni por los presos ideológico­s que hay en las cárceles. Nada: pobres, hambriento­s, enfermos, presos, son un paisaje al que ya nos habíamos acostumbra­do.

Decidme que no es así, por favor. Decidme que un barril de petróleo no puede valer más que un inocente en prisión; ni más que un enfermo condenado a morir por falta de medicinas; ni más que un niño que no tiene un biberón; ni más que el hermoso nombre de la libertad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain