El humor de Paco Mir fusiona jazz y ópera con ‘Jazz bodas de Fígaro’
El ademán monolítico en la ópera se ha acostumbrado a claudicar ante las puestas en escena renovadas. Su música original, en cambio, mantiene cierta sacralidad. El dramaturgo, director y humorista Paco Mir y el compositor de jazz Jaume Vilaseca traducen este vacío musical en Jazz bodas de Fígaro, la versión jazzística y cómica de una de las óperas más preciosistas de Mozart.
Las bodas de Fígaro tiene un carácter popular, cómico y dinámico que facilita el experimento de reinventar la partitura con arreglos de jazz conservando la calidad del canto lírico. La experiencia musical de Paco Mir en el Teatro de la Zarzuela de Madrid o con trabajos como Candide, de Bernstein, y la Ópera de las cuatro notas, de Tom Johnson, permiten una dirección escénica con indicaciones que mantienen la estructura de la pieza pero rompen el guion. Mir destila el original a noventa minutos y consigue añadir una trama parateatral llena de gags.
La narrativa de Jazz bodas de Fígaro se desarrolla a partir de un ensayo de la función y la construcción de la ópera en cuatro actos, que se va completando progresivamente en forma de vestuario, escenografías y más margen para el humor y el jazz como elementos liberadores para romper con “la seriedad al ir a ver una ópera”, explica Mir. Bajo la dirección musical de Vilaseca, la melodía de los ocho intérpretes de canto lírico y el acompañamiento musical de un trío clásico de estándar de jazz casan los dos caracteres que conviven a lo largo de la pieza.
La propuesta de Mir y Vilaseca se podrá ver en el teatro Victòria de Barcelona en cuatro únicas funciones (1, 8, 9 y 10 de febrero) y quiere llenar, también, el espacio de nuevos públicos dentro de una escena operística pobre. “Cuesta mover la ópera; pocos programadores arriesgan. Muchas producciones
Con más humor, la propuesta busca romper con “la seriedad al ir a ver una ópera”
no llegan a Barcelona”, dice. Con Jazz bodas de Fígaro, Mir irrumpe en la ópera con el humor y Vilaseca lo hace con la adaptación al jazz. “Cambiar o repensar la pieza quiere decir añadir cosas, no quitar. El mejor modo de conocer un producto es adaptándolo”, concluye.