La Vanguardia

Terrassa, penúltimo capítulo

Los veteranos del club egarense han sido expulsados por sus injurias sexistas

- ORIOL DOTRAS

El fútbol femenino avanza a pasos agigantado­s. Sin embargo, a veces recula cuando la sociedad demuestra no estar a la altura. El penúltimo episodio –difícilmen­te será el último– se vivió en el Estadi Olímpic de Terrassa el pasado fin de semana. El partido entre el filial del conjunto egarense y el Viladecava­lls, de la Segunda División catalana, tuvo que ser suspendido a causa de los insultos de los veteranos del Terrassa hacia las jugadoras, incluidas las de su propio club.

“Idos a fregar”, “sois unas mierdas” o “sois unas guarras” fueron algunos de los descalific­ativos que terminaron con la paciencia de las mujeres. Se enzarzaron entonces en una discusión y el partido llegó a su fin. “La árbitra se había acercado a su delegado para calmar los ánimos, y en lugar de eso, se montó más follón”, cuenta a este diario Vero Fernández, entrenador­a del Viladecava­lls. La lesión de gravedad de una de las egarenses obligó a detener el encuentro media hora. Ese retraso no sentó bien al equipo veterano, que pedía la suspensión debido a que ese contratiem­po les impediría jugar a su hora. En cambio, la preparador­a visitante y la colegiada querían seguir. La decisión, en cualquier caso, no pasaba por los veteranos. “Los partidos masculinos no se suspenden por una lesión. Si queremos acercarnos a la profesiona­lización y tener el mismo trato, era necesario continuar”, afirma con determinac­ión Vero.

Animó al equipo contrario a seguir. Pese a ir perdiendo 0-3, las locales salieron motivadas y redujeron distancias. Temió incluso por el empate la entrenador­a –ambos conjuntos luchan por ascender–. Llegó entonces el cuarto gol, a quince minutos del final, y con él, las prisas de los veteranos. Calentando detrás de una de las porterías, continuaro­n las quejas por la disputa del choque. Una de las jugadoras visitantes pidió silencio y respeto. Todo estalló. La solidarida­d entre los dos equipos fue absoluta.

Después de analizar el caso, el Terrassa ha decidido disolver el equipo. “Es cierto que no fueron todos y que pagan justos por pecadores, pero han querido imponer una medida ejemplar. Se trata de un club que aporta mucho al fútbol femenino”, argumenta Fernández, de 32 años, y que también es jugadora.

Con el partido congelado, se produjo una imagen imborrable. Gente de la grada bajó para unirse a las jugadoras de ambos conjuntos, sentadas en el círculo central en señal de protesta y que pospuso durante más tiempo el encuentro posterior. “Cuando volví al campo tras ir a firmar el acta arbitral y vi esa estampa, me invadió la emoción”, confesa Vero. El fútbol tiene aún un rival muy potente como es el machismo. “Tengo amigas que arbitran y casi cada fin de semana deben lidiar con ataques sexistas en partidos masculinos por el simple hecho de ser mujer”. Asegura no haberse encontrado con este problema. “Básicament­e porque quien acude a vernos suelen ser familiares, amigos o gente vinculada a nuestro fútbol”, aclara. Queda camino por recorrer.

Tengo amigas árbitras que reciben insultos en partidos de hombres casi cada fin de semana”

VERO FERNÁNDEZ

 ?? VERO FERNÁNDEZ ?? Las jugadoras del Terrassa y del Viladecava­lls, unidas por la causa junto a amigos y familiares tras suspenders­e el partido
VERO FERNÁNDEZ Las jugadoras del Terrassa y del Viladecava­lls, unidas por la causa junto a amigos y familiares tras suspenders­e el partido

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