EstadosUnidos sigue igual
Trump pide unidad a los demócratas pero se enroca en su agenda migratoria
Rara vez el discurso sobre el estado delaUnión, apesardesupompa, es capaz de mover la opinión pública estadounidense, pero la alocución anual del presidente al Congreso es una oportunidad para presentar su programa y pedir apoyo para iniciati vas legislativas clave. Sobretodo si, como ocurre ahora, el partido que ostenta la Casa Blanca no controla alguna de sus dos Cámaras. Pero para eso hay que tender alguna rama de olivo ala oposición y anteanoche brillaron por su ausencia en el discurso de DonaldTrump.
Américasigue igual (de dividida) y va a seguir así durante un tiempo, a juzgar por las señales enviadas por su presidente y las reacciones delaoposición, muyescéptica yade entrada hacia sus llamamientos a la unidad nacional. Lo que viene son dos años de gesticulación política, deunladoyotro, conla vista puesta en las eleccionesdel 2020.
“Millones de ciudadanos nos observan reunidos en esta gran Cámara y esperan que gobernemos no como dos partidos sino como una nación”, pidió Trump. Trabajemos “juntos” para sacar adelante no los planes de un partido sino “la agenda del pueblo americano”. “Superemos viejas divisiones”, dejemos atrás el “revanchismo”... Sus buenos propósitos provocaron el aplauso unánime de republicanos y demócratas, puestos en pie, incluida la nuevas peaker de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Las miradas escépticas desde las filas demócratas tornaron en un sonoro ajá colectivo cuando el presidente empezó are pasar sus logros económicos( en términos a menudo hiperbólicos o distorsionados, como advirtieron varios medios endirecto) y llegaron las amenazas.
“Las ridículas investigaciones partidistas” pueden poner fin al “milagro económico”. “Si queremos paz y legislación, no podemos tener guerra e investigaciones. Te- nemos que estar unidos en casa para derrotar a nuestros enemigos en el exterior”, reclamó el presidente, asediado por un creciente número de investigaciones judiciales a su entorno y negocios, las peticiones de información de los demócratas ahora que controlan la Cámara y las pesquisas del fiscal de la trama rusa.
“Fue una amenaza”, reaccionó ayer Pelosi, que advirtió que no se dejarían intimidar para renunciar a su tarea constitucional de controlar al Ejecutivo. Poco después, la Cámara, que planea obligar al presidente a publicar sus declaraciones de impuestos, como hicieron sus predecesores, abrió una investigación para determinar si“más allá de Rusia” las acciones de la Casa Blanca están influidas por los intereses financieros del presidente.
Trump actuó como si nada hubiera cambiado después de las legislativas de noviembre aunque los destellos de luz que emanaban las filas demócratas, llenas deunacantidad de mujeres de todas las razas, edades y colores vestidas de blanco en honor a las sufragistas, eran una buena pista visual del nuevo equilibrio de poderes en la Cámara de Representantes del Congreso. Aunquelos republicanos controlan el Senado, la agenda legislativa de Trump no llegará a ningún sitio sin el apoyo de los demócratas. Ala vez, en el clima actual y con un Senado en manos republicanas, las propuestas de la oposición se quedarán en muchos casos en atisbos de lo que podrían hacer si gobernaran.
La mayor parte de su discurso versó sobre la inmigración sin alejarse ni un milímetro de su divisiva política de mano dura ni ofrecer concesiones o alicientes para pac- tar una reforma migratoria. “En el pasado, la mayoría del agente en esta sala votó a favor de un muro pero nunca se construyó uno como era debido. Yo lo construiré”, aseguró sin dar pistas sobre cómo lo hará si el Congresonole da dinero.
Trump pidió colaboración a los demócratas para rebajar los medicamentos, instaurar una baja de maternidad y sacar adelante un plan de infraestructuras nacional, una idea que ya lanzó el año pasado. El entusiasmo lo reservó –y los republicanos se lo agradecieron con aplausos– para comentarios que criminal izaron una vez más a los inmigrantes, cargar contra la amenaza del“socialismo” yanunciarpr opuestas como una ley quepr oh iba el aborto en el último trimestre del embarazo, lo que devolvería a la arena uno de los temas quemás dividen a EE.UU.
“¡USA, USA, USA!”, corearon los republicanos en varios momentos, como si el discurso sobre el estado de la Unión fuera un mitin de Trump y no una ocasión solemne. También los demócratas acabaron cantando el eslogan trumpista, pero fue cuando el presidente les regaló uno de los momentos más divertidos de la noche al celebrar las cifras de empleo femenino .“Nunca hemos tenido tantas mujeres trabajando” ni tantas“sentada sen el Congreso ”, se felicitóTrump mientras las demócratas, atónitas, estallaban en ex presiones de júbilo, se abrazaban y chocaban en alto sus manos. También Tiffany Trump, vestida de blanco, aplaudió el logro mientras las escasas congresistas republicanas desperdigadas entre una marea de trajes oscuros movían la mano al no tener a ninguna congénere cerca con la que chocarla. “¡USA, USA, USA!”, corearon los demócratas, contagiando a los republicanos. De las 98 mujeres elegidas en noviembre ,84 son demócratas y sólo 14 republicanas. Fueron la clave de la victoria demócrata. América sigue igual pero por debajo algo está cambiando.
El presidente carga contra “las ridículas investigaciones partidistas” y dice que amenazan la economía
Trump se arroga el mérito del alto número de mujeres en la Cámara... la mayoría son demócratas