El contraataque liberal
En un día de ebullición política a cuentas de la controvertida (y confusa) figura del relator, dos economistas de prestigio demostraron quetodavía es posible el diálogo sosegado y de altura. Luis Garicano, exprofesor de la London School of Economics y candidato de Ciudadanos alas europeas, que está de gira presentando su libro El contrataque liberal( Península ), y el catedrático de Política Económica de la Universitat de Barcelona, Antón
Costas, disertaron sobre una obra que, advirtió Costas ante posibles mal entendidos, es “un libro de acción, no teórico”.
Un ensayo que intenta ser una interpela ció na todos los liberales (en la acepción anglosajona del término, es decir, los defensores de una sociedad de hombres libre se iguales ante la ley) para que se movilicen ante el avance galopante del nacional populismo.
“El primer síntoma de que los liberales estábamos retrocediendo llegó con la victoria del Brexit, meses después con la llegada de
Trump, y posterior mente con el independentismo catalán. Todos tienen el mismo patrón de mirar ala tribu y alimentar las identidades”, afirmó Garicano, uno de los promotores intelectuales de que Al
bert Rivera alejara a Cs de coorde- nadas socialdemócratas y lo situara en el eje liberal.
Hecho este diagnóstico, Costas planteó la cuestión al aquel a mayoría de gobiernos europeos le están dando vueltas sin hallar respuesta: “¿cómo combatimos ese populismo?”. Garicano, a quien su incursión en la política no le ha hecho perder su verbo didáctico y profesoral, admitió haber cambiado de posición en los últimos meses, ya que alas recetas puramente racional es hay que añadir le–insistió–las “emociones ”. Es decir, batalla r contra el pop ulismo con sus mismas recetas pero desde un punto de vista “positivo e inclusivo”, no de confrontación. “No se puede ganar al populismo sólo desde la razón, las emociones son importantes”, dijo en el auditorio del Cercle d’Economia, al que acudieron, entre otros, la líder de Cs en Catalunya, Inés Arrimadas, el exdelegado del Gobierno Enric Millo y el exconseller
Francesc Xavier Mena. Un terre- no emocional en el que G arica no sitú a al “patriotismo constitucional” que aboga por la construcción “desde la diversidad y la suma ”. Lo contrario, dijo, de los proyectos de Salvi ni, Le Pen, Trumpo Torra.