Un catalán, principal investigador
El sacerdote Jordi Bertomeu Farnós (Tortosa, 1969) se ha convertido en uno de los personajes clave en la investigación y prevención de abusos dentro de la Iglesia. Actualmente es también uno de los catalanes demás relevancia en el Vaticano. Nombrado oficial de la sección disciplinar de la congregación para la Doctrina de la Fe en el 2012, fue enviado el año pasado por el Vaticano a Chile para investigar los casos de pederastia. Acudía como notario eclesiástico acompañando al arzobispo maltés Charles Scicluna, pero una indisposición de este, le obligó a afrontar en solitario una compleja misión que le enfrentó a parte de la cúpula episcopal. Como consecuencia de su informe, los 34 obispos de este país andino se vieron forzados a presentar su dimisión, lo que supuso un verdadero terremoto. El rigor y el tacto con el que llevó a cabo su trabajo fue premiado con su nombramiento como capellán de honor de su santidad. Desde entonces ha viajado por distintos países, especialmente de Sudamérica, y ha dado cursos a sacerdotes y obispos siempre en la línea de la tolerancia cero marcada por el papa Francisco. Su presencia en Barcelona invitado por la Unió de Religiosos de Catalunya (URC) el próximo día 19, prevista antes de los últimos escándalos, se enmarca dentro de estas actuaciones. Jordi Bertomeu estudió Derecho en la Universitat de Barcelona y posteriormente Teología. Se ordenó sacerdote en 1995 y se doctoró en Derecho Canónico en Roma. Fue coadjutor en Tortosa y desde el 2002 es vicario judicial de la diócesis. Este cargo lo compagina con sus labores en la curia romana, de modo que periódicamente regresa a Tortosa.