La Vanguardia

El apoyo italiano a los ‘chalecos amarillos’ abre una crisis sin precedente­s con Francia

París convoca al embajador de Italia tras saberse que el vice primer ministro Di Maio se reunió con los manifestan­tes en la capital francesa

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

No se recuerda una crisis diplomátic­a similar desde 1940, cuando Italia declaró la guerra a Francia. Lo que ahora ha agravado seriamente el enfrentami­ento entre los dos países ha sido la visita que realizó el martes a París el vice primer ministroit­aliano,LuigiDiMai­o,parareunir­se con representa­ntes del movimiento de los chalecos amarillos, que mantiene en jaque al Gobierno de Macron.

No sucedía desde 1940, cuando el embajador francés en Italia, André François-Poncet, tuvo que abandonar a toda prisa el Palazzo Farnese después de que Roma declarase la guerra a París. Los tiempos han cambiado mucho. Italia y Francia son ahora naciones socias en la Unión Europea y comparten unos altísimos intereses económicos. Pero el malestar creado últimament­e, sobre todo por el Movimiento 5 Estrellas (M5E), uno de los dos partidos al frente del Gobierno italiano, ha desencaden­ado una crisis diplomátic­a sin precedente­s.

El Ministerio de Asuntos Exteriores francés convocó ayer a consultas a su embajador en Roma, Christian Masset, después de que el líder del M5E y viceprimer ministro italiano Luigi Di Maio se reuniera el martes en París con un grupo de chalecos amarillos. Di Maio acudió a la capital francesa junto a Alessandro Di Battista, el jefe de los agitadores de los grillini, para verse con un portavoz del movimiento contestata­rio francés, Christophe Chalençon, y con la promotora de una de sus listas para las elecciones europeas de mayo, Ingrid Levavasseu­r, de Reunión de Iniciativa Ciudadana. Chalençon, quien ha llegado a afirmar que “la guerra civil es inevitable”, excluyó por el momento una alianza política con los italianos. Sin embargo, en una imagen en sus redes sociales, Di Maio celebró que “el viento del cambio” ha traspasado los Alpes.

La protesta de París por “las últimas injerencia­s” de Roma fue inmediata. Si el miércoles el Ministerio de Exteriores tachó la reunión de “una provocació­n inaceptabl­e entre países vecinos y socios de la Unión Europea”, ayer el Quai d’Orsay alzó el tono y convocó al embajador Masset. “Francia ha sido, durante muchos meses, objeto de acusacione­s repetidas, de ataques sin fundamento, de declaracio­nes desmesurad­as que todo el mundo conoce y puede recordar”, rezaba un comunicado de la portavoz del Ministerio, Agnès Von Der Mühll. “Esto no tiene precedente­s, desde el final de la guerra. Tener desacuerdo­s es una cosa, instrument­alizar la relación con fines electorale­s es otra”, continúa. La nota es de una dureza singular en la UE. Llega a decir que los italianos “violan el respeto a la elección democrátic­a, hecha por un pueblo amigo y aliado”, “violan el respeto que se deben entre ellos los gobiernos elegidos libre y democrátic­amente”, y que la campaña por las europeas no justifica “la falta de respeto de cada pueblo o de su democracia”.

Francia ya convocó hace un mes a la embajadora italiana en París, Teresa Castaldo, después de que el vicepremie­r grillino reclamase sanciones europeas a Francia por “empobrecer” a sus “colonias africanas”. Di Maio había cruzado una peligrosa línea diplomátic­a al animar y ofrecer apoyo logístico a los chalecos amarillos a través de la plataforma Rousseau, su sistema operativo para ejercer lo que ellos llaman democracia directa. Escribió una carta abierta en el blog del partido para empujarles a que siguieran con sus propuestas, les ofreció una alianza y ciertas funciones de Rousseau, desde su capacidad para organizar eventos en el territorio o el sistema de voto para definir el programa electoral y escoger candidatos para presentar a las elecciones.

Tras la queja francesa, ayer el joven líder del M5E se limitó a contestar que su reunión con los contestata­rios galos es legítima, que se realizó como jefe político del M5E, y que también el presidente francés, Emmanuel Macron, “ha atacado varias veces al Gobierno italiano por motivos relacionad­os con las elecciones europeas”. Su socio de Gobierno, el liguista Matteo Salvini, esta vez no echó más leña al fuego y afirmó que

EL DESENCADEN­ANTE...

Di Maio y Di Battista se reunieron en París con un grupo de contestata­rios galos

...Y LA QUEJA FRANCESA “Violan el respeto que se deben entre ellos los gobiernos elegidos libre y democrátic­amente”

Italia no quiere discutir y que lo mejor sería una reunión para abordar varios temas controvert­idos.

El ministro del Interior acusa a París, entre otras cosas, de refugiar desde hace décadas a una quincena de terrorista­s de izquierdas, tras la reciente detención y extradició­n de Cesare Battisti, que se cobijó allí durante casi 15 años bajo la doctrina Mitterrand. Las incursione­s de la gendarmerí­a francesa en la frontera de Ventimigli­a, la construcci­ón de una línea de alta velocidad entre Turín y Lyon o el cierre de puertos de Salvini son algunas de las cuestiones que han tensado la cuerda en estos últimos meses, pero la proximidad de las elecciones europeas ha terminado de romperla.

Para el M5E atacar a Francia con su cortejo a los chalecos amarillos son todo ventajas. Primero, agitan la bandera de las protestas de la calle para recuperar algunos votantes que han perdido por el camino tras volverse un partido institucio­nal. Y segundo, intentan demostrar que no están tan solos como parece en Europa. Los grillini nunca han tenido un rumbo claro en políticas comunitari­as. Primero defendían salir del euro, luego renegaron de esta idea. En las últimas europeas formaron equipo con los euroescépt­icos del UKIP, que ya no podrán presentars­e después del Brexit. Mientras, Matteo Salvini sube como la espuma en las encuestas, y en la última ya les saca diez puntos. El líder de la Liga se pasea por Europa para formar una alianza ultraderec­hista con compañeros de viaje como Ley y Justicia, en Polonia, o los ultranacio­nalistas austriacos del FPÖ. En su partido dijeron que no hay ningún problema con que Salvini se vea con el presidente polaco porque lo hace como jefe político de la Liga, y en el M5E ahora defienden que Di Maio puede reunirse perfectame­nte con los chalecos amarillos porque lo hace como líder grillino ,ynocomo miembro del Gobierno.

Como siempre, es el ministro de Exteriores italiano, Enzo Moavero Milanesi, quien tiene que salir a apagar incendios. Ayer pidió al primer ministro, Giuseppe Conte, que “examine con la máxima atención” la decisión de París de llamar a consultas a su embajador en Roma; y remarcó que Francia e Italia son naciones aliadas, que les une una profunda amistad y que el debate político ante las elecciones europeas “no puede incidir y no incidirá en las sólidas relaciones que nos unen desde hace décadas”.

OTRO DESENCUENT­RO Salvini acusa a Francia de cobijar a una quincena de terrorista­s de izquierdas

 ?? ANDREW MEDICHINI / AP ?? Luigi Di Maio, en una rueda de prensa en la sede de la Asociación de Correspons­ales en Roma
ANDREW MEDICHINI / AP Luigi Di Maio, en una rueda de prensa en la sede de la Asociación de Correspons­ales en Roma

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