Sánchez advierte que “no se puede gobernar ignorando a las minorías”
El presidente visita el Tribunal de Estrasburgo en vísperas del juicio del 1-O
Pedro Sánchez repitió ayer, hasta en cuatro ocasiones, que “España es una democracia plena”. Lo afirmó en un discurso en Estrasburgo, ante el Consejo de Europa, y después de entrevistarse –una primicia para un jefe del Gobierno español– con el presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Cinco días antes del inicio del juicio a los líderes independentistas catalanes, Sánchez visitó las instancias más importantes del continente que se ocupan de la defensa del Estado de derecho, de las garantías jurídicas para los ciudadanos y de la protección de las minorías. Aunque fuentes de la Moncloa desvincularon el viaje del inicio del proceso en el Tribunal Supremo, es obvio que ambos hechos son difícilmente separables. En cualquier caso, Sánchez insistió ante todos sus interlocutores en que España es un ejemplo de separación de poderes y “tiene uno de los sistemas más garantistas del mundo”.
La presencia de Sánchez en el TEDH estuvo precedida, el pasado 25 de enero, por la visita de la vicepresidenta del Tribunal Constitucional, Encarnación Roca Trías. También ella se entrevistó con el juez italiano Guido Raimondi, presidente del TEDH, que abandonará el cargo en mayo porque se jubila. Según fuentes del tribunal estrasburgués, visitas como la de Roca Trías son habituales y no deberían tener otro significado.
Tres días después la huésped fue la ministra de Exteriores de Andorra, Maria Ubach. Sánchez recordó que las demandas contra España ante el TEDH están muy debajo de la media de los estados miembros. “No quiero que vean en mis palabras autocomplacencia –matizó–. En absoluto, más bien al contrario: vean un estímulo para no dar un paso atrás”.
En referencia implícita al soberanismo catalán y a las dudas que este siembra sobre la justicia española, el presidente reconoció que, pese a estos datos tan positivos, “siempre habrá quien sostenga sus proyectos políticos en base a relatos falsos para movilizar hacia el odio y la división”. “Ese es el sino de un tiempo que debemos combatir con la fuerza de la razón y los hechos –agregó Sánchez–. Hay que hacerlo de forma intencionada porque es la propia democracia la que está en juego si permitimos que estos relatos divisivos y sesgados se impongan”.
El presidente puso mucho énfasis en que España es hoy “uno de los países más descentralizados del mundo”, con unas lenguas y unas culturas que “tienen el mayor nivel de protección de nuestra historia”. “Si alguna lección hemos aprendido de nuestra historia es que no se puede gobernar ignorando a las minorías, excluyendo voces o limitando derechos y libertades –dijo–. Es una lección que mi país aprendió dolorosamente”. Según Sánchez, el sistema español permite a la vez respetar las diferencias y preservar la unidad, “asumiendo, en todo caso, que unidad no significa homogeneidad”.
Un pasaje del discurso de Sánchez ante el comité de ministros del Consejo de Europa –representados por los 47 embajadores de los países miembros– se inscribió en la tensión actual con la oposición y con los independentistas. “Cuando se prima la crispación sobre el acuerdo, cuando se prima la ruptura unilateral sobre la búsqueda de consensos, o cuando se defienden fórmulas simplistas, anacrónicas y ya fracasadas para resolver problemas complejos, la democracia se debilita y se resiente”, advirtió el presidente, para remachar con estos argumentos: “Cuando se recurre a la mentira o a la manipulación;
El jefe del Ejecutivo dice en el Consejo de Europa que el sistema judicial español ofrece plenas garantías
“Cuando se prima la crispación y la ruptura, la democracia se debilita”, afirma el dirigente socialista
cuando se promueven agravios o nostalgias inventadas, la democracia se debilita y se resiente. Y son los ciudadanos quienes sufren injustamente por ello”.
El presidente se ciñó escrupulosamente al programa previsto y evitó hablar con la prensa, pese a que fue requerido varias veces. Se hizo una foto con los funcionarios españoles del Consejo de Europa y del TEDH, a escasos metros de unos paneles conmemorativos del cuarenta aniversario de la Constitución de 1978. Junto a fotos históricas de Adolfo Suárez, del rey Juan Carlos y Felipe González, un texto recordaba que “la transición a la democracia fue posible gracias a la voluntad generosa de hombres y mujeres que, a pesar de sus posturas e ideología diversas, fueron capaces de llegar acuerdos y de construir un marco de convivencia”.