Nuevo intento para encauzar el Brexit
UN Brexit sin acuerdo y desordenado no interesa a nadie. Sus consecuencias serían muy negativas para el Reino Unido, pero también para la Unión Europea y especialmente para España. Esto explica que las autoridades comunitarias y la primera ministra británica, Theresa May, acordasen ayer abrir nuevas discusiones para intentar superar el bloqueo actual, aunque desde Bruselas se reitera que no se puede modificar el actual acuerdo ya pactado.
Los equipos negociadores de ambas partes se reunirán en los próximos días para ver si es posible encontrar una solución que permita la aprobación del acuerdo del Brexit por parte de la mayoría del Parlamento británico y, a la vez, respetar lo ya pactado con los 27 estados miembros. Theresa May y el presidente de la Comisión Europea, JeanClaude Juncker, que se reunieron ayer, volverán a verse antes de final de mes.
La fecha prevista para la salida de la Unión Europea es el 29 de marzo. El calendario, por tanto, es muy ajustado para encontrar una solución, aunque May ha asegurado que negociará intensamente para encontrarla. Quiere lograr un cambio legalmente vinculante sobre la cláusula de salvaguarda irlandesa, bautizada con el término inglés de backstop, que es lo que principalmente le exigen los diputados británicos para dar su aprobación al acuerdo pactado del Brexit. Desde Bruselas se muestran dispuestos a estudiarlo pero bajo la condición de no reabrir dicho acuerdo. La alternativa sería hacer modificaciones en la declaración política que acompaña el acuerdo, pero esto es algo que hasta ahora rechaza por insuficiente el Parlamento británico.
La citada cláusula de salvaguarda pretende evitar la reinstauración de una frontera física entre la República de Irlanda, miembro de la Unión Europea, y la provincia británica del Ulster. La disposición, en concreto, establece que todo el Reino Unido permanecería temporalmente en la unión aduanera, a la espera de encontrar en la práctica una solución para una frontera invisible, contando con los tres años de transición (uno, más dos prorrogables) que prevé el acuerdo del Brexit. La mayoría del Parlamento británico, sin embargo, teme que esta salvaguarda se convierta en una ligazón permanente con la Unión Europea.
May se reunió también ayer con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien ve muy difícil encontrar una solución. El día anterior, visiblemente molesto, dijo que debería haber un lugar en el infierno para aquellos que promovieron el Brexit sin ni siquiera redactar un plan para lograrlo. Ciertamente, la gestión del Brexit por parte del Reino Unido es un auténtico desastre que puede crear serios problemas para todos si, finalmente, no se consigue llevarlo a cabo de forma ordenada.