Ser parte del engaño y no saberlo
Filmin estrena el documental ‘King Ray’ que recuerda el escándalo del equipo paralímpico español de baloncesto en Sydney 2000
En los Juegos Paralímpicos de Sydney 2000, España logró la medalla de oro exhibiendo un juego muy superior al de sus rivales. Al cabo de un tiempo se descubrió que uno de los integrantes del equipo, Carlos Ribagorda, en realidad era periodista y se había infiltrado en la plantilla para denunciar lo que haría público en un reportaje: 10 de los 12 componentes de aquella selección, entre ellos él mismo, no sufrían ningún tipo de discapacidad.
El periodista tenía constancia desde hacía dos años de la trampa que se llevaba a cabo con la selección de baloncesto porque ya lo habían hecho en el Mundial de Brasil de 1998. España perdió la medalla, los atletas con discapacidad intelectual (DI) vieron comprometida su presencia en eventos paralímpicos durante mucho tiempo, y después de Sidney 2000 el llamado Baloncesto DI no ha vuelto a ser disciplina paralímpica.
La plataforma online Filmin estrena hoy el documental King Ray, que da voz al capitán de aquel equipo, Raymond Torres, uno de los dos jugadores junto a Juan Pareja ,que sí sufría una discapacidad intelectual. La suya es una historia de sacrificio y superación que sirvió de inspiración para Campeones, la taquillera comedia de Javier Fésser.
El documental, de 85 minutos de duración, es la ópera prima del director Sergio Romero, que ha elaborado también el guion. La producción se centra en Raymond Torres, alias Ray, que dedicó su vida al baloncesto, lo convocaron para jugar con la selección nacional, lo nombraron capitán y ganó la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000. Pero la cumbre de su carrera fue una gran farsa internacional y él la primera víctima de un engaño cuyo principal objetivo era lograr más subvenciones y patrocinios.
Ray, llamado el Gasol del combinado español, desconocía la farsa de la que formaba parte. Al volver a España se encontró con que tenía que devolver la medalla y vivir como señalado por una trampa de la que nunca fue consciente. Hasta ese momento, ganar esa medalla había supuesto cumplir el sueño de su vida.
Además del golpe emocional, tuvo que aguantar ser tachado de tramposo y, cómo él mismo ha confesado, “sentí como que todo lo que había hecho no valió nada”. Nadie se disculpó con él, ni el culpable, el entonces presidente de la Federación de Deportes para Discapacitados Intelectuales, que fue condenado a una multa de 5.000 euros y a devolver el dinero de las subvenciones.
King Ray busca también dar respuestas a preguntas como qué representa para una persona con discapacidad intelectual vivir en una sociedad que no le entiende y que tampoco él es capaz de comprender. Pero el gran mérito del documental es mostrar un escándalo mundial que sin embargo, como afirma sorprendido uno de los testimonios, el periodista Quique Peinado, no ha generado en España “el ruido mediático que hubiese merecido”.