Jeff Bezos: fotos, chantaje y la larga mano de Trump
El dueño de Amazon acusa de extorsión a la revista del amigo de Trump
“Si alguien en mi posición no puede plantarse ante una extorsión de este tipo, ¿cuánta gente puede?”. Es una pregunta pertinente, viniendo del hombre más rico del mundo, la que se hizo Jeff Bezos, el fundador y principal accionista de Amazon y dueño de The Washington Post, cuando hace unos días recibió un correo electrónico de American Media Inc (AMI), la editora de la revista de cotilleos National Enquirer que dirige David Pecker, intentando extorsionarle con la publicación de varias fotos íntimas supuestamente comprometedoras. En contra de lo que esperaba AMI, Bezos prefirió “el coste personal y la vergüenza” de que sus intimidades salgan a la luz a dejarse manipular y ser rehén de la “mentira” que pretendían que dijera, explicó ayer. Porque en su caso no exigían dinero sino una declaración pública en la que negara que tras la decisión de la revista de publicar detalles de su vida íntima puede haber motivaciones políticas del más alto nivel, en contra de lo que sospechan los investigadores de Bezos.
Pecker no es un editor cualquiera. Viejo amigo de Donald Trump, el empresario tiene una caja fuerte llena de exclusivas no publicadas y está investigado por ayudarle a silenciar el affaire que una modelo de Playboy, Karen McDougall, asegura que tuvieron años atrás. En la recta final de la campaña electoral del 2016, Pecker compró la exclusiva a la mujer para nunca divulgarla –siguiendo su conocida táctica de catch and kill, cazar y matar historias– al tiempo que publicaba un sinfín de portadas demoledoras contra Hillary Clinton. Trump es, a su vez, el enemigo político más feroz de Bezos, a quien se refiere como Bozos (el nombre de un payaso) y al que acusa de utilizar el Post como arma política.
Los ejecutivos de AMI pensaron que habían hecho a Bezos “una oferta que no podría rechazar” pero se equivocaron. “Claro que no quiero que mis fotos personales sean publicadas pero tampoco quiero participar en sus bien conocidas prácticas de chantaje, favores y ataques políticos y corrupción. Prefiero plantarme, levantar el hormiguero y ver qué sale”, escribió el empresario en un largo artículo en el portal Medium en el que publicó los emails recibidos de AMI.
Todo comenzó con el anuncio, el pasado nueve de enero, de la separación de Jeff Bezos y MacKenzie Bezos después de 25 años de matri- monio. Fue la propia pareja la que dio la noticia. Días después, National Enquirer publicó varios mensajes personales intercambiados entre el empresario y Lauren Sánchez, una expresentadora de televisión a la que identifican como su amante. Databan de la primavera del 2018, seis meses antes de que los Bezos anunciaran su divorcio.
Aquello le pareció algo más que un jugoso cotilleo al empresario, que encargó una investigación privada para averiguar cómo la revista había accedido a los mensajes y aclarar si les movía otro tipo de finalidades. El investigador contratado por Bezos, Gavin De Becker, el ángel de la guarda de los famosos, dijo hace unos días que había “serias pistas” de que existen “motivaciones políticas” tras la decisión del Enquirer de publicar los mensajes.
A raíz de estas informaciones, AMI se puso en contacto con Bezos el lunes para exigirle que deje de verter lo que considera “difamaciones” sobre su trabajo, recordándole que tienen en su poder más material comprometedor. “Quiero describirle las fotos que hemos obtenido en nuestro trabajo de búsqueda de noticias”, le dice en un e-mail Dylan Howard, vicepresidente de la editora. “Una selfie de cintura para abajo”, varias imágenes del em-
NEGRO SOBRE BLANCO ‘National Enquirer’ amenazó a Bezos con publicar fotos íntimas y de su supuesta amante
REVELACIÓN DE SU ‘AFFAIRE’ El empresario había encargado investigar las “motivaciones políticas” de la revista