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En el comunicado público, en cambio, el teatro aduce cuestiones “éticas”
Llevaba en la cuerda floja varios meses. Y ha acabado cayendo. Ahora la cuestión es si por una cuestión ética o por falta de presupuesto. Lo que es seguro es que el monumental Mount Olympus –24 horas seguidas de montaje con 30 performers en el escenario– del creador belga Jan Fabre ya no se podrá ver el 15 de junio en el Teatre Lliure. Juan Carlos Martel, el nuevo director del Lliure tras la abrupta marcha de Lluís Pasqual, ha decidido cancelarlo. Y la junta de gobierno del teatro aprobó ayer su decisión. Sin embargo, las razones que ofreció ayer el Teatre Lliure a la opinión pública para la cancelación no son las mismas que ha comunicado a la compañía belga.
Del escueto mensaje enviado por el Lliure, y cuya información no han querido ampliar, parece deducirse que la anulación se debe a redistribución de recursos y a cuestiones éticas, a la polémica que ha acompañado en los últimos meses a Jan Fabre desde que antiguas colaboradoras le denunciaran por acoso sexual y abuso de poder. Un tema que está bajo investigación en estos momentos y que provocó una sucinta manifestación contra una obra suya en el pasado festival Temporada Alta. El comunicado del Lliure señala literalmente que “en consonancia con las líneas programáticas incluidas en el proyecto de la nueva dirección (expresada en la voluntad de un teatro donde la redistribución de recursos y la concepción de un cambio de modelo social pueda realizarse de la manera más ética artística y humanamente), la función de Mount Olympus ha quedado cancelada”.
En cambio, en la carta enviada a la compañía belga Troubleyn fundada por Fabre se explica que la razón de la cancelación es únicamente económica: el nuevo equipo que dirigirá el Lliure ha heredado, dicen, un presupuesto bajísimo para la próxima temporada y eso les ha forzado a redistribuir recursos. Entre el caché de la enorme compañía y el coste de acondicionar el teatro para que los espectadores pudieran comer y dormir en él durante las 24 horas que dura la obra, el presupuesto podía ascender a 200.000 euros. El espectáculo se ha presentado ya en muchos grandes teatros de todo el mundo.
Y esa es la razón que se le da a la compañía, a la que admite que la anulación puede sumarse a la polémica que rodea a Fabre, pero enfatizan que no es esa la razón de la cancelación, porque conocen la solidez
La polémica persigue al director belga tras ser acusado de acoso sexual por exbailarinas de su compañía
de la compañía y aprecian a las personas que la integran. También les comunican que esperan colaborar en próximos proyectos. Desde la compañía se reconocen apenados porque es una obra muy especial que por el número de personas que reúne se puede hacer sólo en ciudades muy escogidas como Barcelona con la que tienen una maravillosa relación de años que esperan que no se rompa.