François Ozon
El cineasta desvela presiones contra la película y problemas para financiarla
CINEASTA
La Berlinale cobró ayer nuevos bríos con el nuevo filme de Ozon, que recrea un escándalo de abusos sexuales de máxima actualidad: el denunciado en Lyon hace cuatro años por las víctimas del cura pederasta Bernard Preynat.
La Berlinale cobró ayer nuevos bríos con dos películas interesantes sobre la mala y la buena educación. Por una parte, el director y guionista François Ozon conmocionó al público y la prensa del festival con su recreación de un escándalo de abusos sexuales de máxima actualidad en Francia: el denunciado en Lyon hace cuatro años por algunas de las decenas de víctimas del cura pederasta Bernard Preynat, pendiente de juicio. Se trata de Grâce à Dieu, título debido al patinazo que el cardenal Philippe Barbarin dio cuando aventuró que los delitos del sacerdote estaban prescritos “gracias a Dios”. De otro lado, la alemana Nora Fingscheidt presentó una apreciable obra sobre una niña de 9 años traumatizada por su padre y descuidada por su madre a la que unos educadores heroicos tratan de salvar de sus impulsos destructivos. Es System Crasher, filme que hizo llorar a más de un periodista.
Grâce à Dieu narra con detalle los sufrimientos, el largo silencio y finalmente, 30 años después, la decisión de hablar y actuar por parte de los antiguos boy scouts del padre Preynat. Fruto de su acción tardía pero contundente, el cura afronta hoy graves cargos de abusos sexuales que el tribunal resolvió que no han prescrito. Las víctimas desencadenantes del proceso fundaron la asociación La palabra liberada, que sirvió para que muchos más abusados se animaran a hablar. En total se calcula que hay unos 70 afectados.
A los largo de dos horas y cuarto, Grâce à Dieu explica el terror y la soledad que en su momento paralizaron a los chicos y los disuadieron de contar lo que el sacerdote les había hecho; entra en los temores y actitudes timoratas que frenaron a los padres que supieron algo; cuenta cómo la llegada de sus propios hijos a la adolescencia empujó al primero de los denunciantes a dar el paso; y se detiene en el apoyo crucial que las esposas y madres ofrecieron y siguen prestando hoy a los afectados.
Ozon no decidió escribir y rodar Grâce à Dieu por motivos políticos sino “ciudadanos”. Pero está “encantado” de que el filme intensifique el debate sobre este asunto y acabe con la “Omertá”, dijo, que aún pesa al respecto pese a cierto cambio de actitud del Vaticano bajo impulso del Papa Francisco.
Ozon reconoció haber sufrido “presiones” para que la película no vea la luz o su estreno en Francia, previsto el 20 de febrero, se retrase más allá del juicio al cura. De hecho, así lo reclama el abogado de Preynat bajo el argumento de que la película
El festival tomó impulso con la excelente ‘System crasher’, sobre una niña de 9 años traumatizada y de actitud indomable
amenaza la “presunción de inocencia” de su cliente.
El productor de la cinta, Nicolas Altmayer, señaló “dificultades financieras” para sacar el proyecto adelante, y como ejemplo mencionó la retirada del “financiador habitual” que en Francia es Canal Plus. Una vez conseguido el dinero, el rodaje de los interiores en templos y otras instalaciones eclesiales hubo de realizarse en Bélgica y Luxemburgo en vista de la nula cooperación de la Iglesia católica en Lyon.
Los asistentes a la Berlinale vimos Grâce à Dieu después de haber disfrutado y sufrido a más no poder con System Crasher, la historia de la peligrosa y en sus ratos buenos encantadora Benni, rechazada decenas de veces en distintos centros de educación y reeducación. Algunos de los profesionales que tratan de ayudarla son y representan lo contrario que el padre Preynat: la buena educación, por demás contra viento y marea. La película –aún sin fecha de estreno en España– es dura. Pero merecerá la pena verla.