Ricardo Currás
El grupo denuncia ante la Fiscalía prácticas contables irregulares en la gestión
EX CONSEJERO DELEGADO DE DÍA
Dia estudia reclamar al ejecutivo, que dirigió la compañía hasta agosto del año pasado, su indemnización de 1,3 millones. Asimismo la actual directiva ha denunciado a la Fiscalía la gestión de Currás por irregularidades contables.
Que el 2018 no había sido un buen año para la cadena de supermercados Dia ya lo apuntaba su desplome bursátil y la expulsión de la empresa del Ibex 35. Ayer, lo confirmaron los datos de su cuenta de resultados, que su actual consejero delegado, Borja de la Cierva, calificó como “el año más difícil desde la fundación de la compañía”.
El año pasado Dia registró unas pérdidas de 352,58 millones de euros, frente a los beneficios de 101 millones del 2017. La facturación se desplomó 1.000 millones de euros hasta los 7.300 millones, un 11,3% menos que en el año anterior. La empresa presenta un patrimonio neto negativo de 166 millones de euros, y se encuentra técnicamente en quiebra neta.
La presentación de esos resultados llegó acompañada del anuncio del despido de 2.100 empleados en España.
Dia no ha podido hacer frente a un entorno de mercado en el que la presión de los competidores por bajar precios ha deteriorado los márgenes de la compañía. A ello se ha sumado un periodo de tensión, turbulencias y múltiples cambios en la dirección de la compañía.
En España, las ventas de la compañía descendieron un 2,4%, hasta los 5.148 millones de euros. El negocio online, donde tiene un acuerdo de distribución con Amazon, repuntó un 37%, pero apenas aporta el 2% de las ventas totales del país.
En Portugal el descenso de las ventas llegó al 3,1%. En Brasil cayeron un 1,8%, mientras que en Argentina aumentaron un 3,1%. Pero en estos dos últimos Dia se ha visto perjudicada por el efecto del tipo de cambio. El real que se depreció un 16%, y el peso que se desplomó un 40%.
Este negativo contexto de mercado pilló a la compañía en una muy delicada situación financiera. Tras una fuerte inversión en remodelación de tiendas, más de 358 millones de euros, y una reducción del plazo de pago a proveedores, su deuda se ha disparado en 506 millones de euros hasta un total de 1.452.
Pero los problemas de Dia no se derivan sólo de la mala evolución del negocio. KPMG, la auditora, ha detectado irregularidades contables del anterior equipo directivo, eludiendo controles internos. Esta situación se suma a las irregularidades detectadas en las cuentas del 2017 que han llevado a la compañía a denunciar los hechos ante la fiscalía.
Además, Dia se está planteando reclamar a Ricardo Currás y Antonio Coto anteriores consejeros delegados, las retribuciones cobradas en el 2018.
La compañía ha adelantado la presentación de esos resultados y la publicación de estas informaciones, ante la presión de la oferta pública de adquisición (opa) que presentó el pasado martes el principal accionista de la compañía, Mijaíl Fridman, con la que pretende hacerse con el 70,9% del capital que no posee a cambio de 0,67 euros por acción.
El equipo directivo de la compañía, encabezado por el propio consejero delegado, Borja de la Cierva, el director financiero, Enrique Weickert, y la responsable de Transformación, Maria Miralles, compareció ayer en una conferencia ante analistas para presentar un plan de reestructuración para desarrollar entre el 2019 y el 2023 con el que espera asegurar la sostenibilidad de la compañía a futuro.
A la drástica medida de reducir 2.100 empleos le sigue la, ya anunciada, ampliación de capital por 600 millones de euros y el acuerdo al que ha llegado con los bancos acreedores para ampliar hasta el 2023 los vencimientos de líneas de crédito por 756 millones de euros que acuciaban en el 2019. También se va a continuar con el proceso de venta de negocios como Clarel y Maxi Dia.
Las agencias de rating ya han mostrado su desconfianza sobre que esas medidas sean suficientes para sanear la compañía.
Se complementan con un cambio en la gestión del negocio que sin abandonar el segmento de bajo precio buscará cuidar más la calidad y la atención al cliente. Tiendas más modernas que simplifiquen la experiencia de compra, se complementarán con un impulso al concepto Dia &Go y la apuesta por productos frescos para fomentar la asiduidad de los clientes a la tienda física. El plan también contempla el refuerzo de las ventas digitales. Y sobre todo, establece una nueva relación con los franquiciados, uno de los talones de aquiles de la compañía. Día había basado su crecimiento en tiendas franquiciadas pero los ajustes impuestos por la competencia ha disparado la conflictividad con este colectivo. En la nueva etapa, Dia quiere establecer un control más exhaustivo de los criterios de calidad al tiempo que incentiva su formación y planes de carrera.
EN QUIEBRA TÉCNICA
La deuda de la compañía se dispara en 506 millones, hasta un total de 1.452
KPMG
La auditora detecta que el anterior equipo directivo eludió controles internos