La Vanguardia

La pasividad del ejército complica el “desenlace rápido” que pedía Guaidó

La ayuda humanitari­a de EE.UU. sigue bloqueada en la frontera de Colombia

- ANDY ROBINSON Cúcuta/Tienditas Enviado especial

“El equilibrio entre la ayuda y la injerencia es muy delicado”, resumió el ministro de Asuntos Exteriores uruguayo Rodolfo Nin Novoa al final de la confusa reunión sobre el futuro de Venezuela en Montevideo el jueves.

El acierto de la frase no pudo quedar mejor ilustrada que por las escenas en el puente de Tienditas en la frontera de Colombia y Venezuela en la tarde del jueves, donde los primeros camiones de ayuda humanitari­a procedente de EE.UU, cargados con 100 toneladas de alimentos y medicament­os, fueron recibidos como un ejército de salvación.

Cientos de migrantes de los miles de venezolano­s que se buscan la vida en esta frenética ciudad fronteriza aplaudiero­n y una cacofonía de bocinas se oyó en la carreta delante del puente. Una batería de canales de televisión globales registraro­n el paso de ocho camiones y nada menos que 300 periodista­s acudieron a la rueda de prensa del embajador estadounid­ense en Bogotá, Kevin Whitaker, que llegó a comparar la llegada del primer convoy con la liberación de Simón Bolívar en 1813. Este “es un acto admirable igual que la campa admirable de hace 206 años”, dijo, con un fuerte acento inglés, tras pronunciar delante del puente otra invitación estadounid­ense a las fuerzas armadas venezolana­s a sublevarse contra Nicolás Maduro.

Pero al encontrars­e en el puente –cerrado desde su construcci­ón en el 2016 por las autoridade­s venezolana­s y ahora con una barrera adicional de enormes containers azules colocados el martes por la noche– la decena de camiones fueron aparcados en un garaje en la entrada del puente. “Este es un puente fantasma; no se puede cruzar”, dijo Miguel Gómez, herrero colombiano de 62 años residente en Venezuela hasta la crisis que llevaba un sombrero de cuero. “Si no lo reparten la mercancía se daña, ¿qué les vas a dar, un pollo podrido?”, se preguntó.

Ahí está el problema para esta fase de la operación para derrocar a Maduro diseñada por un selecto grupo de la oposición de Venezuela de línea dura (según el calificati­vo de The Wall Street Journal ayer) en estrecha colaboraci­ón con Washington. No son los pollos los que se podrirán. Los alimentos, suplemento­s nutritivos envasados en cajas con la frase From the american people, están preparados para aguantar 24 meses sin estropears­e. Pero tal vez los equipos de la CNN tendrán una fecha de caducidad más corta. “Va a venir un tsunami de ayuda; esta es sólo la primera gota”, dijo Lester Toledo, que representa­ba a Guadió durante la conferenci­a de prensa delante del almacén del puente de Tienditas. Menos mal –dada la negativa de Maduro a dejarla pasar– que el almacén sin estrenar del puente fantasma de Cúcuta es de 150.000 metros cuadrados con capacidad para 500 camiones, según el gobierno colombiano.

Ante la negativa del gobierno venezolano a abrir la frontera, se pretende invitar a los ciudadanos colombiano­s a crear un corredor humanitari­o para recoger la ayuda y llevarlo al otro lado de la frontera.

Pero si los camiones no pueden entrar en Venezuela, esto no será más que un gesto simbólico para un pueblo que sufre un catastrófi­co desabastec­imiento de bienes esenciales. “Yo acabo de venir de Maracay y te puedo decir que la ausencia de medicament­os es muy grave; mueren niños”, dijo una médico venezolana que esperaba al lado del puente.

Delante del puente de Tienditas, un grupo de migrantes venezolano­s sujetaban pancartas escritas a mano que repetían los repetidos tuits de Guaidó y de Marco Rubio, el senador

CANCILLER URUGUAYO “El equilibrio entre la ayuda y la injerencia es muy delicado”, afirma Rodolfo Nin

ANTE EL BLOQUEO DEL CONVOY Quieren un corredor humanitari­o de colombiano­s para entrar la ayuda

UN POCO DE ÉPICA El embajador de EE.UU. compara la llegada del convoy con la liberación de Bolívar

por Florida, instando a los militares a rebelarse: “FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivarian­a); ustedes también necesitan ayuda humanitari­a”... “Soldados amigos, estamos contigo”. Pero no había indicios ayer de que los soldados venezolano­s estén con ellos.

Si el puente de Tienditas permanece cerrado y no se da pronto alguna noticia de una defección militar, las fracturas aparecerán con toda seguridad en la oposición venezolana. Porque lo cierto es que esta última operación contra Maduro –pactada por un pequeño grupo de opositores– es de muy alto riesgo. Hace falta lo que Guaidó calificó como un “desenlace rápido”. Si no se produce, sólo quedará para forzar la salida de Maduro la larga agonía del embargo petrolero y las sanciones adoptadas por la Administra­ción Trump.

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IVAN VALENCIA / BLOOMBERG Kevin Whitaker, embajador de EE.UU. en Bogotá, hablando ayer ante la ayuda humanitari­a en Tienditas
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