Mohamed bin Salman tenía una “bala” para Khashoggi
El espionaje de EE.UU. captó una conversación del príncipe
Un año antes del asesinato de Jamal Khashoggi en el consulado de Estambul, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, le dijo a uno de sus hombres que utilizaría “una bala” contra el periodista afincado en Estados Unidos si no regresaba al país. Así lo revelan conversaciones interceptadas por los servicios de espionaje norteamericanos, según The New York Times. Justo una semana después de la desaparición de Khashoggi el 2 de octubre del 2108, el diario ya publicó que los servicios de inteligencia habían captado comunicaciones saudíes sobre un plan para secuestrar a Khashoggi y que miembros del Congreso tenían conocimiento de ello.
La persona con la que habla Bin Salman en la grabación no ha sido identificada por el Times ,ynoparece evidente que el príncipe se refiriera específicamente a pegarle un tiro al periodista pero sí a ponerlo fuera de circulación de algún modo. La práctica de hacer retornar a Arabia Saudí a disidentes en el extranjero, mediante engaños, presiones o chantajes, es conocida desde hace años.
A mediados de noviembre, la CIA emitió sus primeras conclusiones sobre el asesinato, señalando al heredero saudí como responsable. A instancias del príncipe, su hermano el embajador saudí en EE.UU., Jaled bin Salman, dio garantías a Khashoggi para su visita al consulado de Estambul a fin de obtener los documentos que le permitieran casarse con su novia turca.
Las grabaciones, realizadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA en sus siglas en inglés) serían hasta el momento la prueba más sólida de la implicación de Mohamed bin Salman en el crimen. La NSA habría estado suministrando a la Casa Blanca, así como a algunos gobiernos aliados, informes sobre las comunicaciones del príncipe.
La revelación del The New York Times se ha producido justo después de que una investigadora de la ONU desplazada a Estambul concluyera que Arabia Saudí obstaculizó y “socavó seriamente” las pesquisas de la Fiscalía y la policía turcas en el consulado. Agnes Callamard, relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, presentará su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en junio.
Precisamente ayer la prometida del periodista, Hetice Cengiz, presentó en Estambul un libro –Jamal Khashoggi, su vida, su lucha, sus secretos– escrito por dos periodistas turcos. Cengiz dijo tener esperanzas en que el Congreso estadounidense se ocupe seriamente del caso. Ayer se cumplía el plazo dado por el Congreso a la Casa Blanca para que le remita un informe.
Hetice Cengiz, cuya relación con Khashoggi fue básicamente sentimental, aunque compartían puntos de vista políticos, reveló que Donald Trump la había invitado en diciembre a visitar EE.UU. Aunque declinó entonces la invitación, podría volver a plantearse el viaje en marzo, comentó.
Además de las grabaciones de la NSA estadounidense existen las realizadas por los servicios de inteligencia turcos en el consulado saudí, y que probarían cómo fue asesinado Khashoggi. Los dos periodistas autores del libro sobre el disidente saudí, Sinan Onus y Mehmet Akif Ersoy, señalaron ayer que no tuvieron acceso a esas grabaciones, las cuales habrían sido suministradas por el Gobierno turco a varios altos cargos extranjeros. La directora de la CIA, Gina Haspel, fue una de las primeras personas invitadas a escucharlas, el 24 de octubre.
La prometida turca del periodista saudí revela que Trump la invitó a Washington en diciembre y no aceptó