La Vanguardia

Háganlo por el PIB

- Elisenda Vallejo

Amí no me gusta trabajar con mujeres, te lo digo de entrada”. “Tú aquí vienes a buscar marido, no a trabajar, ¿verdad, nena?” “¿Un aumento de sueldo? Pero si para tus gastos tienes más que suficiente…” “¿Que quieres un ascenso? ¿Ya te lo has pensado bien? ¿Y quién va a cuidar de tus hijos?”

Las mujeres hemos tenido que aguantar unas cuantas hasta llegar aquí, pero la igualdad en el mercado de trabajo dista aún mucho de estar asegurada. Chascos, desprecios y ninguneos pueden haber desapareci­do del mapa, al menos en la mayor parte de los sectores, pero queda un largo camino por recorrer. Así se ha puesto de manifiesto esta misma semana en un foro sobre la presencia femenina en puestos de dirección, donde la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, dijo alto y claro que la desigualda­d tiene un coste. La ministra habló de justicia social y de derechos humanos, pero puso también sobre la mesa que el desequilib­rio de poder en detrimento de las mujeres perjudica la eficiencia económica y empresaria­l y acaba suponiendo, en el caso de España, la pérdida de nada menos que un 15% del PIB.

Hay que recordar que únicamente un 14% de los altos puestos de dirección de las empresas españolas están ocupados por mujeres, y que ellas suponen todavía

La auténtica batalla por la igualdad entre hombres y mujeres está en el acceso al poder económico

menos del 19% de los integrante­s de los consejos de administra­ción de las empresas cotizadas en bolsa.

Pero para datos escalofria­ntes, los que nos ha ofrecido hace poco el Foro Económico Mundial en su informe sobre la brecha de género global: harán falta ¡200 años! para alcanzar la paridad salarial. Vamos, que todos calvos… Curiosamen­te, el informe del Foro considera que la brecha de género en el ámbito político podría cerrarse antes, en fin... en 107 años, aunque las diferencia­s entre hombres y mujeres también sean ahora mismo considerab­les. Las primeras ministras y jefas de Estado suponen sólo un 11% del total y su permanenci­a en el poder ha sido meramente de 2,2 años de media en los últimos 50 años. Hay un 18% de ministras en los gabinetes de todo el mundo, y en los parlamento­s únicamente el 24% de los representa­ntes son mujeres.

A nivel global, la brecha de ingresos entre hombres y mujeres estaría en parámetros similares, ya que según la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT) se sitúa en la actualidad en torno al 20%. Pero está claro que la auténtica batalla por la igualdad está en el acceso al poder económico, reflejado en numerosos indicadore­s, desde los salarios al control financiero de los activos.

La ministra Calviño conoce el paño y sabe que los argumentos coste-beneficio son decisivos en la órbita empresaria­l. Así que, señores empresario­s, si la igualdad no les convence, si la paridad les parece un problema secundario, ¡háganlo por el PIB!

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