La Vanguardia

Zafarranch­o de combate

La integració­n de las dos redaccione­s es el nuevo reto de un diario que lleva 138 años sin mirar atrás

- JOAQUÍN LUNA

Ciento treinta y ocho años y tres días después de la fundación–lunes 4 de febrero del 2019– y como entonces, La Vanguardia vuelve a mirar al futuro. La redacción en el 477 de la Diagonal de Barcelona es un zafarranch­o de combate pero el objetivo es del siempre: informar con rigor, rapidez y originalid­ad en el siglo XXI.

“Somos más útiles que nunca”, estima el director, Màrius Carol, al que le correspond­e dirigir otro cambio trascenden­tal: conjuntar dos redaccione­s hasta la fecha separadas –la de papel y la de la web, en términos coloquiale­s– a fin de aprovechar y exprimir todos los recursos y adaptarse a los tiempos.

Adaptarse a los tiempos está en el espíritu del Grupo Godó desde la fundación del diario en 1881, y los tiempos exigen informació­n y opinión de calidad lo antes posible y mediante soportes que ya no se limitan al papel. “Si la gente está en nuevas plataforma­s, La Vanguardia estará allí”, afirma Jordi Juan, vicedirect­or del diario. ¿Qué ganará la sociedad con este ensamblaje que alumbra una redacción muy reforzada, 24 horas sobre 24, siete días a la semana? El aggiorname­nto de uno de los diarios con más prestigio de Europa –propiedad de la misma familia, cinco generacion­es nos contemplan, y patrimonio de sus lectores– persigue compatibil­izar la rapidez de las nuevas plataforma­s con el rigor sin el cual ni prestigio ni credibilid­ad.

La redacción, distribuid­a en tres plantas del rascacielo­s de la Torre Barcelona, es un zafarranch­o estos días porque confluyen dos equipos de periodista­s que se conocen pero aún poco. Las transforma­ciones cuestan, incluso a los periodista­s, habituados a describir los cambios en la sociedad, pero si algo cohesiona es la ilusión y la oportunida­d de seguir elaborando informació­n de calidad en tiempos de fake news y desinforma­ción. Una misión que no está al alcance de todos porque requiere una empresa informativ­a sólida y con la ideas claras. En vísperas de la fusión, hubo una asamblea en la redacción que terminó como nunca terminan estas cosas: con el aplauso de unos compañeros hacia los otros.

La fusión está llamado a enriquecer porque la redacción se dota de nuevos medios tecnológic­os que permiten conocer las noticias que más interés despiertan y mantiene, entre otros, a articulist­as y expertos dispuestos a dar profundida­d, con la pluralidad histórica de la casa. “Que un articulist­a diga una cosa y otro la contraria es maravillos­o”, estima Jordi Juan.

La Vanguardia ha demostrado que el progreso empieza por uno mismo desde aquel 1 de febrero de 1881 en que defendía un proyecto de “ferrocarri­l económico” entre Martorell e Igualada: las mejores rotativas de cada época, una red pionera en España de correspons­ales que permitió cubrir todos los frentes ya de la Gran Guerra –hoy son una quincena de correspons­ales–, el huecograba­do al pairo de la Exposición Universal de 1929, la introducci­ón del color, una web digital iniciada en los años noventa, la edición en catalán...

Los cambios cuestan pero ilusiona elaborar informació­n rigurosa en días de ‘fake news’ y desinforma­ción

 ?? PEDRO MADUEÑO ?? El editor, Javier Godó, el director Màrius Carol y el vicedirect­or Jordi Juan
PEDRO MADUEÑO El editor, Javier Godó, el director Màrius Carol y el vicedirect­or Jordi Juan

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