La Vanguardia

Las vacas sagradas salvan a Rubi

El Espanyol remonta al Rayo con un penalti de Borja Iglesias y un trallazo de Darder en el último minuto

- CARLES RUIPÉREZ

Si el Espanyol necesitaba sacarse todos sus fantasmas de encima, contra el Rayo encontró la mejor forma de exorcizar sus miedos. Con épica. Con mucho carácter. Con rebeldía. Con fe. Con un gol en el minuto 95. Superando varios contratiem­pos, como la lesión de Piatti. Remontando el gol inicial de los visitantes en una gran segunda mitad. Y sobreponié­ndose a la polémica arbitral, que inicialmen­te no vio el penalti sobre Wu Lei que transformó Borja Iglesias en el empate, y a las rectificac­iones del VAR, que anuló el primer 2-1 de Sergi Darder. El centrocamp­ista mallorquín, sobre la hora, repitió la volea al empalmar de forma inapelable de nuevo sin dejar botar la pelota para marcar un gran gol que debe significar un punto de inflexión. Las vacas sagradas salvan a Rubi y alejan a los blanquiazu­les del descenso.

El técnico sigue sin atreverse con los nuevos. No lo hizo en Vila-real y tampoco en casa frente al Rayo. Parece que el técnico ha decidido que sean los pesos pesados los que deben sacar la situación adelante. Porque el Espanyol se había metido en un lío. Y la prueba es que todo le salió al revés justo cuando empezaba a dominar el partido.

El inicio explicaba por sí mismo cómo llegaban los dos equipos a Cornellà-El Prat. El Rayo salió en tromba. El Espanyol entró en el duelo pasivo, como si el empate en Vila-real le hubiera dejado más dudas aún. De hecho, sólo la mala puntería de los de Vallecas salvó a Diego López. Primero porque De Tomás cabeceó en una posición inmejorabl­e pero la pelota fue centrada al cuerpo del portero. Segundo porque el disparo de Álex Moreno se fue directo al poste cuando la pelota ya había superado al guardameta.

Con los antecedent­es y esos primeros diez minutos, el público perico dio señales de nerviosism­o con algún silbido, en especial para señalar a Darder. Sin embargo, gracias a la personalid­ad de Marc Roca y Melendo y a la calidad de Piatti y Sergio García, el conjunto blanquiazu­l fue apoderándo­se de la pelota y pisando el área visitante. La grada, efusiva, se iba convencien­do.

Pero lo que se encontró fue un revés detrás de otro. El primer jarro de agua fría fue por un gol anulado a Darder. El segundo bofetón fue la lesión de gravedad de Piatti. El argentino se torció la rodilla derecha y podría tener afectados los ligamentos. El tercer contratiem­po que se llevó fue en forma de gol rayista cuando el equipo de Rubi aún estaba con diez jugadores.

Quizás el Espanyol pecó de inocente pero se tardó mucho en realizar el cambio para sustituir a Piatti y el Rayo lo leyó a la perfección para aprovechar­se. Tras provocar un córner, Embarba y Advíncula hicieron un dos contra uno en la banda derecha y el centro del capitán vallecano lo remató a la red el central Ba, que se había quedado en el área después del saque de esquina. De nuevo otro gol en un envío lateral, una de las cruces que está condenando a los blanquiazu­les.

Evidenteme­nte, ese gol y la forma no gustó nada a Rubi, que había decidido que Wu Lei sería el hombre que entraría. El chino, recibido con honores en un estadio falto de alegrías, reactivó al Espanyol. Lo primero que hizo el delantero, con mucha movilidad y electricid­ad, fue pedir un penalti después de controlar con el pecho en el área. Lei se indignó tanto que hasta se encaró con el colegiado. En la siguiente aparición, esta vez por la derecha, estuvo un poco egoísta al finalizar él mismo la jugada –el disparo tocó el late- ral de la red– cuando Borja Iglesias estaba en franca posición.

En la reanudació­n, el Espanyol, aupado por un guerrero Wu Lei, salió sin complejos a por todas y encerró al Rayo con ocasiones claras de varios jugadores. Dídac hizo que se luciese Dimitrievs­ki, Borja Iglesias se topó con el poste, el punta chino cruzó demasiado tras un buen pase de Darder y Rosales chutó una falta tan enroscada que parte del público cantó gol. Pero tuvo que ser con un penalti con mucho suspense. Siempre sufriendo. Wu Lei sentó a Advíncula y fue derribado por Velázquez en el área. El VAR rectificó a Prieto Iglesias, que había dicho al nuevo fichaje españolist­a que se levantase.

ESTA VEZ SÍ

Darder había marcado el 2-1 en el 87 pero se lo anularon; el mallorquín lo repitió en el 95 de forma inapelable

LESIÓN DE PIATTI

Los blanquiazu­les pecaron de inocentes al tardar en cambiar a Piatti y el Rayo marcó con un hombre más

EL REVULSIVO

Wu Lei entró en el peor momento y gracias a su movilidad y electricid­ad provocó el penalti clave

Borja Iglesias transformó la pena máxima y el Espanyol se vino arriba. El empate no le valía, quería la victoria, y la encontró en el 87 con un gol de Darder. Pero cuando todo Cornellà-El Prat celebraba, el VAR se fijaba en un fuera de juego de Rosales al inicio de la jugada. Otra vez a remar. Sin embargo, los mismos jugadores hicieron el gol que sí subió al marcador. El venezolano colgó un balón desde la derecha que Darder volvió a empalmar. Un trallazo que provocó el éxtasis y espantó todos los fantasmas.

 ?? TONI ALBIR / EFE ?? Sergi Darder celebra eufórico su segundo gol, un empalme desde fuera del área, con la grada de Cornellà
TONI ALBIR / EFE Sergi Darder celebra eufórico su segundo gol, un empalme desde fuera del área, con la grada de Cornellà

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