Masculinidad tóxica
Educar en el machismo tradicional, ese que impone a los hombres una manera de actuar y ser, daña la salud psíquica de los niños y de los adultos. Al menos, de una parte que sufre lo indecible al tener que comportarse de acuerdo a un rol marcado por conceptos como el estoicismo, la dominación, la agresividad, la competitividad o el sexismo. Así lo pone de manifiesto la Asociación Americana de Psicología, que ha editado una guía para combatir esa masculinidad tóxica, que coarta la expresión emocional y maquilla el sufrimiento ya desde tempranas edades. Las investigaciones señalan que se enseña a los niños desde pequeños a ser autosuficientes, fuertes, a minimizar sus problemas y a que se los resuelvan ellos solos. Esto complica en el futuro la capacidad para pedir ayuda, implicarse sentimentalmente y puede fomentar un sentimiento de soledad. Y es que, como dicen los psicólogos americanos, el ideal de hombre silencioso, tipo John Wayne, no es un buen ejemplo que seguir.