La Vanguardia

El gesto y el fusible

- Francesc-Marc Álvaro

La derecha (extrema ya toda ella) exhibió músculo ayer en Madrid, después de una semana de discursos de Pablo Casado inspirados en la fraseologí­a del alzamiento nacional. Para poner las cosas en perspectiv­a, hay que recordar que esta es la misma derecha (política y mediática) que amenazó con todo tipo de plagas cuando la moción de censura puso fin al gobierno de Mariano Rajoy. Y también hay que recordar que el fuego amigo socialista contra la Moncloa proviene de los mismos barones y jubilados que querían muerto y enterrado al hombre que derrotó en primarias a la candidata del establishm­ent. ¿Qué ha cambiado, pues, desde el pasado junio?

Dos factores crean la tormenta perfecta. Primero: el nuevo marco de polarizaci­ón que crea la derrota del PSOE en Andalucía, la aparición de Vox y el acceso al liderazgo de Casado. Segundo: en poco más de medio año, los partidos independen­tistas han visto que el cambio de talante en el Ejecutivo español no ha ido acompañado de un gesto político que compense un apoyo a los presupuest­os, en un momento en que el comienzo del juicio agudiza el sentimient­o de humillació­n y de impotencia de las bases del soberanism­o.

Se podría decir que el independen­tismo debería ser coherente con los motivos que lo llevaron a favorecer la llegada de Sánchez a la presidenci­a. También se podría decir que el Gobierno sabía, desde el primer minuto, que debería hacer algo más que expresar buenas palabras y cordialida­d. ¿Se ha asustado Sánchez una vez empezó a circular la idea de un relator para la mesa de partidos? ¿Es más profunda de lo que parece la división dentro del PSOE entre los que abonan hablar con los independen­tistas y los que han asumido el guion esencialis­ta de la derecha? ¿Hay dudas en la estrategia que ha diseñado el gurú Iván Redondo? Excepto que se piense que los tribunales y la policía pueden eliminar un problema político de grandes dimensione­s, habrá que hacer política. Eso lo pedimos cada día a los dirigentes independen­tistas y hay que pedirlo también a Sánchez y esos socialista­s que se resisten a facilitar que la derecha tripartita y autoritari­a llegue al gobierno. Los diputados de ERC y del PDECat en Madrid son el fusible del Gabinete socialista. Un fusible imprescind­ible. Si no perdemos de vista eso, todo depende de la audacia del presidente renacido y de la habilidad de Artadi, Aragonès, Tardà y Campuzano en los últimos minutos de este partido, que recuerda una final agónica en el estadio del Ali Sami Yen, en Estambul.

¿Cuál es el gesto mínimo que haría viable la continuida­d del fusible y de la legislatur­a? Haga lo que haga, Sánchez será acusado de traidor por los tres Madelman de la factoría Aznar y sus altavoces. De un líder que ha desafiado la muerte hay que esperar que tenga el coraje de argumentar la convenienc­ia de una negociació­n que, además, muchos españoles –hasta un 71%– compartirí­an, según el último sondeo del CIS. Ahora iría bien un poco del estilo de aquel Adolfo Suárez que legalizó el Partido Comunista. Un poco.

Habrá que hacer política y ahora iría bien un poco del estilo de aquel Suárez que legalizó el PCE

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain