La Vanguardia

La derecha exige elecciones y denuncia “la traición” del Gobierno

El PP ve en la protesta un paso decisivo para liderar futuros pactos con Cs y Vox

- CARMEN DEL RIEGO

El centrodere­cha se unió ayer para decir no a Pedro Sánchez, en lo que el PP llama ya “el espíritu de Colón”. Un espíritu que trasciende la exigencia de elecciones generales que se escuchó ayer en la plaza Colón de Madrid y que se convirtió en la consigna más aplaudida por los presentes en la concentrac­ión: 45.000, según la Delegación del Gobierno en Madrid, y 200.000 según los convocante­s, PP y Ciudadanos.

El “espíritu de Colón” va más allá de un acto para denunciar lo que consideran cesiones de Sánchez a los independen­tistas. El PP ve en la demostraci­ón de ayer la unidad de la derecha que ya se vio como anticipo en Andalucía y que ahora pretende que se reproduzca tras las elecciones generales que reclaman. Es la confirmaci­ón de la unidad de la derecha como alternativ­a a Pedro Sánchez.

Y eso a pesar de que si algo se transmitió en la concentrac­ión de ayer fue la incomodida­d de Ciudadanos con Vox y viceversa. Albert Rivera y Santiago Abascal se evitaron y se colocaron en extremos opuestos para la foto de familia de los líderes asistentes. Por el contrario, Pablo Casado tomó la iniciativa para saludar a los otros dos líderes, y con ello, dicen en el PP, se convierte en el “líder central” y el único capaz de aglutinar y poner de acuerdo a los otros dos partidos.

Los organizado­res se preocuparo­n y se emplearon en que en la concentrac­ión sólo se vieran banderas españolas con el escudo constituci­onal, y lograron también que la presencia de los grupos ultras, más radicales incluso que Vox, como Hogar Social, España 2000, Falange o Democracia Nacional, fuera impercepti­ble. Todo ello anima a los partidos convocante­s ante unas elecciones que cada vez todos ven más cerca. El PP, por ejemplo, que hasta ahora contaba con que Sánchez estiraría al máximo la legislatur­a, ya las ve más cercanas, posiblemen­te coincidien­do con municipale­s, autonómica­s y europeas.

Pero tanto cuidado pusieron PP y Ciudadanos en que nada pudiera tacharse de ultraderec­ha, que incluso, a juicio de algunos convocante­s, la concentrac­ión resultó fría, y la ausencia de líderes en el escenario hizo que la gente no vibrara más que cuando se pidieron elecciones y cuando sonó, para concluir la convocator­ia, el himno nacional.

La presencia de dirigentes de los tres partidos sí fue plena. En el PP, toda la dirección estuvo presente y acompañaro­n a Casado el vicesecret­ario general, los vicesecret­arios, los portavoces en el Congreso y el Senado, Dolors Montserrat e Ignacio Cosidó; y en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons; además de todos los presidente­s regionales, empezando por Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno. Al margen de los partidos, las presencias de Mario Vargas Llosa y Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona.

También toda la plana mayor de Cs acompañó a Rivera, y con ellos subió el líder de Cs al estrado, al término del acto, lo que hizo que los demás le imitaran y se diluyera la presencia de Abascal. Casado, Rivera y Abascal no hablaron ante los congregado­s, sólo ante la prensa.

El líder de Vox fue el más duro: denunció “un Gobierno ilegítimo, sostenido por los enemigos de España”, y pidió la suspensión de la autonomía de Catalunya y la detención del president Quim Torra. Declaracio­nes más templadas de Rivera y Casado, centrados en la exigencia de elecciones, y en no ceder al independen­tismo.

Rivera y Casado se abstuviero­n de verbalizar lo que denunciaba­n en el manifiesto leído por tres periodista­s, y que hablaba de “la traición perpetrada por el Gobierno en Catalunya”, y de la “humillació­n del Estado, sin precedente­s” que ha supuesto la política de Sánchez, cuya dimisión pidieron todos.

El manifiesto, que incluye exageracio­nes, relata lo que los convocante­s consideran cesiones, que son “una puñalada por la espalda a la ley y a la justicia”. Entre esas, “recibir con lazos amarillos al presidente de la Generalita­t en la Moncloa”; “trasladar a los políticos presos a la cárcel de Lledoners”; “aceptar la bilaterali­dad entre iguales en la reunión de Pedralbes”; “torcer el criterio jurídico de la Abogacía del Estado”; “aceptar las 21 exigencias del secesionis­mo”; “iniciar unas negociacio­nes para aprobar los presupuest­os del Estado, ofreciendo a cambio la soberanía nacional”, y “admitir la posibilida­d de que hubiera mediadores, relatores, o cualquier otra figura semejante”.

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Banderas y carteles Los organizado­res de la concentrac­ión pidieron que sólo se portara en el acto la bandera de España. Ciudadanos repartió también banderas europeas, y Vox repartió carteles, con fondo verde, que es el color de este partido, que pedían “Golpistas prisión”, o llamaban a los españoles a no tener miedo “ni a nada ni a nadie”. Cs también utilizó, como hace en otros actos suyos, unas señales que pedían “Stop Sánchez” y reclamaban “Elecciones ya”, como hacía el manifiesto
EMILIA GUTIÉRREZ Banderas y carteles Los organizado­res de la concentrac­ión pidieron que sólo se portara en el acto la bandera de España. Ciudadanos repartió también banderas europeas, y Vox repartió carteles, con fondo verde, que es el color de este partido, que pedían “Golpistas prisión”, o llamaban a los españoles a no tener miedo “ni a nada ni a nadie”. Cs también utilizó, como hace en otros actos suyos, unas señales que pedían “Stop Sánchez” y reclamaban “Elecciones ya”, como hacía el manifiesto

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