Sería un mundo gris
Ya está, ¡Joaquín Luna se ha pasado de frenada! Esto es lo que pensé cuando oí su nombre y un extracto de un artículo suyo en boca de la diputada Jenn Díaz cuando denunciaba la violencia física y psíquica hacia el colectivo femenino.
Volví a leer el mencionado artículo (del 30 de enero) dos veces más y seguía sin ver el agravio. Los que leemos asiduamente a Luna sabemos que es un tanto gamberro en su columna, que compone con trazo desinhibido, algo incorrecto a veces, con hechuras de torero de bar nocturno que sabe cómo cargar la suerte, pero que no tiene intención de causar más daño que el que haría un pellizco de monja. ¡La de veces que nos arrea a los hombres que vamos contando canas mientras descontamos pelo! Pero ahí está el arte de este malabarista de las palabras y las imágenes, que nunca busca la sangre sino la sonrisa. Nos enseña a reírnos de nosotros mismos, y eso en los tiempos que corren es todo un activo.
Se nos está poniendo a todos la piel muy fina y, si seguimos así, ya no quedarán raperos, ni humoristas ni periodistas con casta. ¡Qué mundo más gris sería!, ¿no creen? JOSÉ MIGUEL DÍAZ GÓMEZ Suscriptor
Sant Cugat del Vallès