Omella condena los abusos y aboga por “asumir y limpiar”
El arzobispo llama a la Iglesia a “ser valiente” en este asunto
El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, condenó ayer los abusos a menores cometidos por religiosos y pidió “asumir y limpiar todo lo que sea necesario”. A la entrada de la reunión de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que durante dos días reúne a todos los obispos de Catalunya en Tiana (Barcelona), Omella hizo un llamamiento a la Iglesia a “ser valiente” en el asunto de los abusos cometidos por sus miembros una semana después de que trascendieran varios casos, entre ellos tres en Tarragona: el de Pere Llagostera (fallecido hace dos años), Francesc Morell (párroco de Constantí y La Canonja) y Josep Maria Font (párroco de Arbeca, Maldà y otros municipios).
Pese a haber presentado su renuncia, Font volvió el pasado domingo a una de las iglesias de su parroquia para oficiar la misa, ante la sorpresa de los feligreses. El Arzobispado de Tarragona informó ayer que Font había ido a despedirse y que ya está fuera de Catalunya.
“Lo que está mal hecho, está mal hecho, y punto, sea donde sea. Hemos de asumir y limpiar todo lo que sea necesario. Hemos de ser valientes”, sentenció ayer Omella, que llegó a la reunión acompañado por sus dos obispos auxiliares, Sergi Gordo y Antoni Vadell. También en declaraciones a TVE y TV3, a la entrada de la reunión de obispos, el prelado de Vic (Barcelona), Romà Casanovas, reconoció que los abusos a menores “es un tema que nos impacta a todos”, mientras que el obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Agustí Cortés, calificó los abusos de “muy lamentables” y aseguró que comparte el sufrimiento “de la gente, de las comunidades y, por descontado, de las víctimas”. Fuentes eclesiales confirmaron que los obispos de Catalunya tenían previsto tratar el tema de los abusos y que hoy se pronunciarán probablemente a través de un comunicado conjunto.
La semana pasada, tras trascender públicamente que dos párrocos en activo, uno en dos municipios del Tarragonès y otro en varias poblaciones de Garrigues y Urgell, habían sido investigados por “tocamientos libidinosos”, ambos presentaron su renuncia y el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, nombró a sus sustitutos. Sin embargo, y según publicó ayer El Segre, el pasado domingo Josep Maria Font se presentó en la iglesia de Sant Martí de Maldà, uno de los pueblos en los que oficiaba, para decir la misa, aunque había sido apartado el jueves. Al parecer, el Arzobispado de Tarragona tuvo información de la iniciativa de Font ayer mismo, pero informó que ofició la misa para despedirse. El rotativo leridano añade que Font también aprovechó la ocasión para entregar una carta en la que asegura que es inocente y que aunque ha sido apartado de rector sigue siendo sacerdote.
Font fue investigado en el 2015 por el Vaticano por supuestos tocamientos a menores, hechos por los cuales fue retirado durante dos años. Además, en el 2011 en la escuela de Cabra del Camp, unas profesoras le sorprendieron con dos menores en el regazo, hecho por el cual, pidieron su expulsión del centro.
El sábado, más de un centenar de personas se concentraron ante el Arzobispado de Tarragona para protestar y expresar su rechazo a los abusos de menores bajo el lema “La canalla no es toca”. Y ayer, el grupo municipal de la CUP pidió que se retire el título de hijo adoptivo al arzobispo de Tarragona.
Uno de los sacerdotes apartado por tocamientos volvió a oficiar misa el domingo “para despedirse”