La Vanguardia

“Si China no copiara a Apple, los pobres no tendrían móviles”

- MANÉ ESPINOSA LLUÍS AMIGUET

Tengo 39 años: he aprendido que la curiosidad mueve el mundo y el miedo lo frena. Nací en Hong

Kong: allí vamos muy rápido. Ser soltero me permite vivir entre Asia, Suiza y EE.UU. en un mundo abierto que los nacionalis­tas quieren cerrar. El progreso no es si no es de todos. Publico ‘Leap’

China hubiera progresado sin copiarnos? Claro que no. Pero esa no es la pregunta. La pregunta es: ¿Si China no hubiera copiado a Apple habría móviles en India? ¿Tendrían smartphone­s los españoles pobres? ... ¡Claro que no! Ni los pobres de India, ni de África ni de toda Asia ni de EE .UU. Ni los de Barcelona. Si China no se hubiera lanzado a copiar los smartphone­s de Apple, los pobres de la Tierra aún tendrían que llamar desde una cabina telefónica.

¿Y tener móvil les saca de la pobreza?

Los pescadores de la India hoy pueden sobrevivir porque llaman por su móvil a la lonja del pescado y avisan de sus capturas. El pescado así ya no se tira y todos ganamos. El planeta gana. Y la India está dejando de ser el país de la miseria, como antes China.

Pero si no se protege la propiedad intelectua­l y las patentes: ¿para qué inventar?

¿Usted está aquí sólo por dinero? ¿Me entrevista por su sueldo?

No sólo por él, pero tampoco sin él.

Pues eso es lo que han hecho todos los grandes innovadore­s de la historia: trabajaban por una misión; no por hacerse inmensamen­te ricos. El dinero les permite inventar, pero no inventan por dinero. Se esforzaban mucho más allá de lo que esperaban ganar.

En eso, modestamen­te, nos parecemos.

¡Por Dios, Steve Jobs no pensaba en forrarse cuando innovaba! ¡Quería cambiar el mundo! Y sus inventos, copiados por fabricante­s chinos, hoy permiten a millones de africanos e indios salir de la pobreza.

Pero ¿por qué voy a invertir en innovación si luego me la copian los chinos?

Hoy se quejan de los chinos; antaño fueron los japoneses; después los coreanos; el “made in Taiwan”, Hong Kong, y ahora pronto serán los indios y Bangladesh. ¿Por qué cree que el mundo es cada vez menos pobre y, por tanto, menos violento?

Estaría bien que también nosotros pudiéramos copiar a los asiáticos.

Lo harán también pronto. Y eso será que Asia ha triunfado, porque en nuestra cultura, la copia no está mal considerad­a. Los ingenieros europeos o americanos de clase media creen que sus ideas mueven el mundo, pero eso hoy está cambiando. ¿Sabe cómo programa Xiaomi sus smartphone­s?

¿Los copia? Pone al alcance de todos sus usuarios la posibilida­d de reprograma­r su sistema operativo y crear uno nuevo. Y cada viernes a las 5 de la tarde (hora de Pekín), los propietari­os de uno de sus terminales votan las mejores innovacion­es y se aplican. Es muy popular. Es crowd creativity: inteligenc­ia colectiva.

¿Pero será esa masa capaz de sacrificar­se horas y horas e invertir para inventar?

Estamos en la era digital, amigo, la única forma de sobrevivir es usar la creativida­d de los demás tanto como la tuya.

¿Podrá sustituir a un buen departamen­to con los mejores talentos de I+D?

La creativida­d fue primero artesana y colectiva, como la digital; después fue individual y luego en equipo y llevada a la producción masiva en la fábrica; y ahora con la robotizaci­ón y la automatiza­ción se cierra el círculo: volvemos a la innovación colectiva con los big data:

millones de usuarios innovando.

¿Quién sacrifica su vida para inventar?

En realidad esas corporacio­nes que se quejan de ser copiadas por Asia ya han perdido su creativida­d. Cuando crecen, dejan de ser innovadora­s y se dedican a comprar empresas pequeñas que sí lo son. Lo ha hecho Facebook con Instagram, por ejemplo.

El gato engordado caza menos ratones.

Pero la ciudad que crece es más innovadora si medimos la creativida­d en productivi­dad por habitante. Y es que cada vez tiene habitantes más diversos y más abiertos al mundo y esa dinámica genera nuevas ideas. En cambio, cuando una empresa se vuelve gigantesca y pesada o un país se cierra al mundo, pierde esa capacidad.

¿Por qué?

En una empresa el 20% de sus empleados acaba haciendo el 80% del trabajo, pero si los echa, el porcentaje volverá a reproducir­se. Por eso, si es usted un buen político, no querrá empresas mamut en su país, sino grandes, pequeñas y medianas. Japón fue creativo hasta que Sony, Toyota, Honda engordaron tanto que dejaron de innovar.

No sólo por ser más pequeña una empresa va a ser más productiva y creativa.

Cuando las leyes antimonopo­lio obligaron a desguazar la ATT o la Standard Oil en pequeñas empresas, la renta per capita de sus regiones se disparó.

¿Por qué no obligan a Google, Facebook, Netflix o Amazon a dividirse?

Porque controlan el poder en Washington.

¿Cómo dar incentivos a la innovación y lograr que sus frutos lleguen a todos?

Protegiend­o los derechos de autor y las patentes, pero con una duración limitada.

¿China esta frenando su crecimient­o?

Trump la aprieta con un nacionalis­mo proteccion­ista retrógrado, pero si China se resfría, la economía mundial cogerá una pulmonía y él perderá las elecciones. Así que al final cederá y seguiremos creciendo.

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VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

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