El Bicing metropolitano arranca con 300 bicis
El nuevo servicio de bicicleta eléctrica compartida del Àrea Metropolitana de Barcelona funciona en doce municipios
Con un característico color rojo incluso en las ruedas, las nuevas bicicletas públicas compartidas del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) están llamadas a convertirse en un elemento más del paisaje urbano metropolitano, igual que el Bicing lo es en Barcelona. El nuevo servicio, llamado e-Bicibox, es muy similar al de la capital catalana tanto en la concepción como en el funcionamiento, aunque entre ellos son incompatibles y seguirá siendo imposible llegar con las nuevas bicis a Barcelona, igual que continuará sin haber estaciones de Bicing en ciudades vecinas como l’Hospitalet.
Inicialmente estará en funcionamiento en once municipios metropolitanos del lado Llobregat que forman prácticamente un continuo urbano, desde l’Hospitalet hasta Castelldefels y desde Esplugues hasta Sant Feliu de Llobregat. En las próximas semanas se incorporará Sant Cugat del Vallès.
La principal diferencia con el Bicing es que todas y cada una de las 300 bicicletas con las que echa a rodar el e-Bicibox son eléctricas. Fabricadas por la empresa también metropolitana (de Ripollet) Legend, tienen unos 50 kilómetros de autonomía. “Las bicicletas son eléctricas para que la orografía no sea una excusa”, destacó ayer el vicepresidente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, durante la presentación del nuevo servicio público. Robusta y ligera pese a su peso, el usuario puede seleccionar el nivel de asistencia eléctrica de unas bicis controladas por GPS en todo momento. Las baterías son extraíbles y serán reemplazadas cuando la carga sea inferior al 30%.
Otra diferencia con el Bicing es que en lugar de estaciones al aire libre, las bicicletas se recogen y depositan en unos módulos metálicos con plazas individuales cerradas. Son idénticos a los que ya utilizan los usuarios del Bicibox, unos aparcamientos para bicis particulares que ya están integrados desde hace años alrededor de estaciones y puntos neurálgicos de las principales ciudades metropolitanas y que cuentan con más de 10.000 usuarios. De momento se han habilitado 45 estaciones con 14 plazas cada una de ellas, con la idea de que en cada módulo haya seis o siete plazas con bicis disponibles para ser usadas y siete u ocho vacías para poder efectuar el retorno.
El servicio estará operativo de siete de la mañana a doce de la noche. El abono tiene un coste anual de 30 euros y una tarifa que varía según el tiempo de uso, con los 30 primeros minutos gratuitos.
Los planes del AMB pasan por ampliar el servicio en función de la demanda y llegar a cubrir los 36 municipios metropolitanos en una segunda fase, aún sin fecha. Para Poveda, “el objetivo es un cambio de hábitos para que la ciudadanía deje de ser esclava del vehículo privado” en un entorno donde el coche aún es el auténtico protagonista de las carreteras pese a la creciente aparición de carriles bici que conectan municipios vecinos de manera segura.
Los aparcamientos son unos grandes módulos metálicos con plazas individuales repartidos por la metrópoli