Guion rescatado
Julio Manrique revive ‘La reina de la bellesa de Leenane’ en la Biblioteca de Catalunya
El teatro de la Biblioteca de Catalunya recupera una de las obras emblemáticas de la cartelera barcelonesa, La reina de bellesa de Leenane, un retrato intimista familiar del irlandés Martin McDonagh, ahora bajo las órdenes del director catalán Julio Manrique.
Un título mítico de la cartelera barcelonesa regresa veinte años después. Pero esta vez las húmedas tierras de Irlanda no cobran vida en la sala Villarroel sino en el suelo de arena del teatro de la Biblioteca de Catalunya. En su nave gótica se desarrolla desde hoy la historia sobre la soledad, las relaciones familiares y la manera en la que repetimos los errores de nuestros antecesores que es La reina de la bellesa de Leenane. Una obra dirigida esta vez por Julio Manrique –en 1999 la abordó Mario Gas– y escrita cuando sólo tenía 26 años por el irlandés Martin McDonagh, cuya película Tres anuncios en las afueras le dio el Oscar a la mejor actriz a Frances McDormand.
McDormand encarnaba a una de las heroínas luchadoras, rotas, perdidas y vengativas de McDonagh. Y en La reina de la bellesa... hay una heroína similar, frágil y temible: Maureen, que ve cómo su vida pasa mientras cuida de su vieja madre en la casa familiar de un pequeño pueblo. Dos mujeres cuya relación sobrevive a base de manipulaciones y que hace veinte años estaban encarnadas por una madre y una hija que lo eran también fuera de la escena: Montserrat Carulla y Vicky Peña. Ahora el combate se produce entre Marissa Josa y Marta Marco.
Manrique recuerda las sensaciones que experimentó con el montaje del 1999. “Me causó una impresión muy fuerte. El mundo de McDonagh me dejó noqueado. Su mezcla de dureza y de ternura, de ferocidad y melancolía, de comedia y tragedia, de texto muy teatral y a la vez muy cinematográfico, su uso de la violencia... Pensé: ‘¿De dónde ha salido este tío?’. Y sentí que estaba viendo algo muy nuevo en el escenario. Al releerla, vi que seguía vigente”, señala.
Y explica que la pieza tiene “mucha alma”. “Hay obras construidas desde un lugar intelectual, mental, pero otras han sido expulsadas casi como un vómito, y ésta es una. Maureen es una mujer muy frágil y fuerte a la vez, un animal herido que vive recluida, cautiva con su madre en un pequeño pueblo. Tiene una relación muy tóxica. Son mujeres que se hacen daño la una a la otra pero no se acaban de abandonar. Maureen vive en un purgatorio con esa madre muy necesitada de cuidados y parece que nada se moverá nunca. Pero por un momento se le abre una rendija de luz por la llegada de Pato Dooley. McDonagh cita en la obra un proverbio irlandés que dice que ‘ojalá pases media hora en el cielo antes de que el diablo sepa que has muerto’, y la historia de la obra es esa, vemos qué pasa con esa media hora”, explica el director, que recuerda que la obra se inspiró en una mujer real a la que consideraban la rara, la loca del pueblo. Y que concluye que La reina de la bellesa de Leenane “es como un puñetazo muy duro, una historia de perdedores entrañables que no quieren ser perdedores, que luchan por dejarlo de ser”.