La Vanguardia

Dos pantallas

- Gemma Ubasart

Así es la realidad televisada. La mañana de ayer fue intensa, pendientes de dos pantallas: una que retransmit­ía el juicio a los líderes independen­tistas, la otra en la que se desarrolla­ba la votación de las enmiendas a la totalidad a los presupuest­os generales del Estado. Tribunal Supremo y Congreso de Diputados, ley y política: ayer se entremezcl­aban como nunca.

La judicializ­ación de la política ayuda a escalar los conflictos. Una vez han entrado en el reino del derecho, la gestión de estos se vuelve más compleja. En el caso que nos ocupa, el hecho de que los líderes de los dos principale­s partidos independen­tistas estén en la prisión o en el exilio no facilita la creación de un clima de distensión, calma y racionalid­ad que permita abrir nuevos escenarios posibles. Pero al mismo tiempo, el débil ejercicio de la política, la incapacida­d de buscar acuerdos con los que no son como tú, dificulta la salida del marco de excepciona­lidad penal que ha posibilita­do, de momento, las acusacione­s de rebelión y sedición, así como también las prisiones provisiona­les sin que existiera riesgo de fuga, reiteració­n delictiva o destrucció­n de pruebas. Un pescado que se muerde la cola.

Sería bueno pensar, y así lo tenemos que esperar, que el desarrollo del juicio en el Tribunal Supremo no se verá afectado por el fracaso de la alianza surgida en la moción de censura en Mariano Rajoy. Ahora bien, no se puede decir lo mismo con la gestión de la sentencia una vez este acabe. Si las penas impuestas van más allá del delito de desobedien­cia, comportand­o penas de prisión, Institucio­nes Penitencia­rias participar­á en su implementa­ción. Por lo tanto no es igual en manos de quien esté el Ministerio de Interior. De la misma manera hay que recordar que el indulto, instrument­o previsto en la propia Constituci­ón, es prerrogati­va del Gobierno del Estado. Algunos líderes socialista­s ya habían insinuado esta salida, esperable en el marco de la correlació­n de fuerzas entre estos, Podemos e independen­tistas.

Ayer todo saltó por los aires con la negativa a posibilita­r la tramitació­n de los presupuest­os por parte de PP, Ciudadanos e independen­tistas. La convocator­ia de elecciones, más pronto que tarde, abre la puerta a otros escenarios posibles. A día de hoy, las diferentes encuestas publicadas darían como posibles tres alianzas (que pueden modificars­e sólo con pequeños cambios de voto): repetir la mayoría actual, una suma de las tres derechas o un pacto del PSOE con Cs. Sólo la primera posibilita­ría profundiza­r en la vía del diálogo y de negociació­n para resolver la crisis catalana (que tendría que pasar también por minimizar los daños de la deriva punitiva).

La apuesta del indepentis­mo es arriesgada. Los números pueden no dar en unas futuras elecciones. O se puede dar una situación de dificultad de formación de gobierno alargada en el tiempo. Y, en caso que sumen, falta saber si los socialista­s mantienen en su horizonte un bloque progresist­a y plurinacio­nal o si dan por cerrada la experienci­a. En otras palabras, si el watsap de Carmen Calvo era un adiós para siempre o sólo por un instante.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain