La oposición exige mantener la unidad antidisturbios
La nueva división de la Guardia Urbana que sustituirá a la USP tendrá “funciones de protección”, recuerda el comisionado Recasens
El desmantelamiento de la Unitat de Suport Policial (USP) de la Guardia Urbana de Barcelona, también conocida como antidisturbios, que la alcaldesa Ada Colau prevé aprobar en breve vía decreto, ha enervado a la oposición municipal que, con diversos matices, exige su mantenimiento y mejora para responder a las necesidades actuales. Su supresión y la creación de una nueva división, la Unitat de Reforç a l’Emergència i la Proximitat (UREP), no están justificadas, y menos aún a puertas de las elecciones, según PDECat, Cs, ERC y PP, que ayer se sumaron a una proposición del PSC en defensa de su continuidad y refuerzo. BComú, la CUP y el concejal no adscrito Juanjo Puigcorbé votaron en contra.
Pese a que no actuará como antidisturbios, la UREP mantendrá “funciones de protección” de edificios del Ayuntamiento y de las personas que trabajan en ellos, recordó ayer Amadeu Recasens, comisionado de Seguridad, en la comisión municipal homónima, que abordó este asunto. La USP, precisó, “ya no hace labores antidisturbios”. Además, añadió, la nueva división “asumirá funciones de gestión de emergencias, apoyo en los barrios y medio ambiente”. En cualquier caso, insistió, “el nombre es lo de menos; la cuestión es que la propia Guardia Urbana está pidiendo un cambio, su modernización”, por lo que es “inaplazable”.
“Defendemos la vigencia de la USP, tiene un valor añadido, aunque hay que modernizarla, ponerla al día, con más recursos”, defendió el concejal del PDECat Jordi Martí. Paco Sierra, de Ciudadanos, cargó contra la medida por “electoralista” y exigió concreciones sobre “cómo se protegerán edificios y personas”. Por su parte, Jordi Coronas (ERC) lamentó que la supresión se pretenda hacer “por decreto, sin acuerdo” y tan cerca de las elecciones. “No toquen nada”, instó. Para la socialista Carmen Andrés, “esta reforma, que no es necesaria, es una purga sobre el personal que forma la unidad”. El desmantelamiento “es una vendetta de Colau y sus amigos de Sant Pere més Baix, Can Vies y Magdalenes contra la Guardia Urbana”,
Los agentes que no pasen las pruebas para entrar a la futura UREP podrán mantener su actual plaza
denunció Alberto Villagrasa (PP). Para la CUP, en cambio, la medida se queda corta: “Los antidisturbios debían disolverse, pero esto no es lo que se va a producir cuando vemos sus funciones”, dijo la edil Maria Rovira.
El centenar de efectivos de la USP se incorporará a la nueva unidad; pero sólo los que pasen los requisitos de selección que se fijen, dijo Recasens. Quienes no los superen se mantendrán en sus plazas, también bajo el paraguas de la UREP, hasta que se extingan por jubilación o bien decidan dejarlas, aclaró. “Son imprescindibles unos procesos selectivos”, subrayó, pero “se respetarán los derechos” de los agentes.
Recasens recordó que la medida “se enmarca en el plan director en el que trabajamos desde el 2016” y que se está abordando “desde y para la propia Guardia Urbana”. Y forma parte, añadió, de una “modernización” amplia, que incluye “la policía de proximidad o la actualización tecnológica”. Sobre la oposición sindical que ha suscitado, aseguró que “se trabajará hasta el último momento” para que tenga apoyo.